El patinete ¿se permite o no?
Al parecer está prohibido en el Metro, pero no se advierte
Una pregunta a quien corresponda, como rezaba el programa de Julio Tormo en aquella Antena 3 Radio ¿se puede o no se puede subir al ... Metro con patinete o bicicleta? Nadie lo advierte ni hay una señal llamativa que lo indique. Tengo la impresión de que está prohibido por lo que voy a narrar a continuación. Sin embargo, no existe el apercibimiento claro.
Como ahora he descubierto la desaceleración y tengo algún rato libre, decidí tomar la línea 2 para conocer el trayecto, estación a estación, urbanización a urbanización, polígono a polígono, desde Ángel Guimerá a Liria. Una hora de trayecto y otra de regreso. Un periplo curioso e interesante. Lo haré, sin prisa, con el resto de trazados.
A lo que iba. En Liria subió un joven con el patinete plegado, con la mala suerte -lo digo por lo que contaré más tarde- de que recorrió el tren una empleada del Metro y le invitó a bajar por no estar permitido. Por más excusas y ruegos, la encargada cumplió con su obligación e insistió en que abandonará el vagón. La fatalidad siguió acompañándole y el convoy había arrancado, pero le insistió en tener que apearse en la próxima. Efectivamente, el afectado descendió, como buen ciudadano, en Benaguacil. Siempre tuvo el efugio de esperar al siguiente y contar con la ausencia de vigilantes.
¡Ay amigos! Dos paradas después, en la Pobla de Valbona, la anáfora. Apareció otro usuario con el susodicho vehículo de dos ruedas y batería de litio, éste totalmente desplegado. ¿Alguien vino o le conminó a salir? -de ahí viene la mala suerte, esta vez buena-. Nadie. Llegamos a Ángel Guimerá, mi destino, y él continuó viaje.
Es verdad que ahora se ven pocos patinetes en el interior, aunque algunos hay, pero el 'sucedido' obliga a la explicación clara. Hubo un tiempo que por el altavoz interior se avisaba de la prohibición. Hoy no se hace, a pesar de que la aclaración de la empleada indica su existencia. Entonces, hay que advertirlo y quien no cumpla, puede ser sancionado al igual que se multa un mal aparcamiento. Si no, que lo permitan hasta que haya una desgracia.
La autoridad competente tiene un problema en forma de dilema: qué hacer. ¿Primar a quienes por necesidad, han de utilizar el patinete o anteponer la seguridad y comodidad del resto de los usuarios? No seré yo quien juzgue. Primero, porque entiendo las dos. Segundo, porque no tengo esa responsabilidad. Sólo planteo una cuestión, en mi opinión merecedora de solución. Eso sí, como dice mi amigo Rogelio, siempre queda el remedio «mantener la prohibición y hacer la vista gorda». Así es la vida.
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