León XIV, un Papado con sello propio
Los siete Papas de mi tiempo han sido continuistas
IÑAKI ZARAGÜETA
Martes, 13 de mayo 2025, 23:53
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IÑAKI ZARAGÜETA
Martes, 13 de mayo 2025, 23:53
He dejado pasar unos días para expresarme sobre la elección de León XIV, que ha despertado, como siempre, una mezcla de expectativas, esperanza y análisis ... entre fieles, observadores y gobiernos. Ha dejado claro que su Papado no será simple eco de sus predecesores: tendrá estilo y voz propios y, sobre todo, una personalidad definida. No se trata de romper con la tradición, sino de ejercerla con firmeza, conciencia histórica y sentido del tiempo presente.
Desde Pío XII, el primero de los siete Papas cuya figura recuerdo con claridad, los pontificados han sido, en buena medida, continuistas con convicciones y principios firmes. Algunos lo han sido con fuerza renovadora, como Juan XXIII con la convocatoria del Concilio Vaticano II y desarrollado por Pablo VI. Otros, con el peso sereno de la estabilidad, como Benedicto XVI. Pero siempre con el hilo de coherencia doctrinal y moral.
Rara vez han tenido un juicio mediático justo. Pío XII, por ejemplo, ha sido blanco de múltiples difamaciones por su papel en la II Guerra Mundial, cuando en realidad fueron muchas las vidas judías salvadas gracias a su diplomacia discreta y su red de eficaz ayuda silenciosa. Ninguno ha protagonizado una ruptura con lo propuesto por su predecesor.
Con la muerte de Francisco, se alzó con fuerza el apelativo de «Papa de los pobres». Ciertamente, su sensibilidad social, su cercanía con los necesitados y su denuncia de las estructuras de pecado económico y político marcaron su pontificado. Pero ¿acaso ha habido alguna vez un «Papa de los ricos»? No, porque el Evangelio no se presta a tales simplificaciones políticas.
Otro aspecto que me resultó curioso fue cómo desde ciertos sectores políticos, particularmente desde el Gobierno socialista-comunista de Pedro Sánchez se han apropiado de la figura de Francisco como una suerte de aliado ideológico. Olvidan sus firmes y esenciales diferencias como el aborto, la eutanasia o la ideología de género...
León XIV parece reunir todas las idoneidades para enfrentar los desafíos de la Iglesia. Entre otros, la secularización radical; la confusión moral generalizada que debilita la autoridad espiritual y doctrinal del Magisterio; la división interna entre corrientes progresistas y conservadoras; el testimonio creíble ante los jóvenes...
En este escenario complejo, León XIV muestra la lucidez y la serenidad necesarias para navegar con firmeza. Habrá que esperar para emitir un juicio basado en los hechos, no en las opiniones, respondiendo al claro mensaje evangélico «por sus obras los conoceréis». Eso sí, le deseo éxito como postillón de la grey. Así es la vida.
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