Paradoja dramática

Las cosas claras. Como siempre. España está en manos de dos sujetos amorales. Miserables. Fulleros. Uno es Pedro Sánchez. El autócrata. Siniestro. Fatuo. Prepotente. Un ... tipo que ha estafado a los españoles. Mintiendo a destajo. De forma insultante. Cínica. Hipócrita. Altanera. Rendido al chantaje de esos que se proclaman enemigos de nuestra patria. Separatistas y bilduetarras. Humillando ante ellos el interés superior de la Nación. Traicionandola así vilmente. Que además ha sentado a la extrema izquierda comunista en el Consejo de Ministros. Primero a Podemos. Una especie de secta bananera trufada de nostalgia estalinista. Ahora,a Sumar. Cursilandia yolandista. Verborrea extravagante. Ridícula. Banal. Simplona. 'Progres' de diseño y pacotilla. El otro fulano de marras es el tal Puigdemont. Patético. Un delincuente convicto. Huido de la Justicia. Cobarde. Histórico. Vendeburras. Que envuelto en la monserga del separatismo se ha montado en Junts un tinglado a su medida para sacar pecho y vivir del cuento a lo grande. Hasta la fecha, de gorra en Waterloo. Sin que nadie sepa aún exactamente quién paga ese lujo. Este es el fulano que hoy manda en España. A la que odia,desprecia y quiere destruir. Eso dice. Una paradoja dramática. Evidente desde el comienzo de esta infame legislatura inutil. Como se ha vuelto a demostrar esta semana. Ahora propósito de la anunciada modificación del 'Decreto ómnibus' y la consiguiente tramitación de la iniciativa de Junts relativa a la cuestión de confianza. Otro enjuague a cargo de este par de truhanes mayúsculos. Una nueva tomadura de pelo. Porque en realidad ninguno de ambos tiene el más mínimo interés en quebrar el vínculo forajido que les une. Es obvio. Sanchez necesita a Puigdemont para permanecer en Moncloa. Aunque sea a base de tragar humillaciones continuas. Le da igual. Por su parte, Puigdemont seguirá tensando la cuerda -sin llegar nunca a romperla- a fin de obtener todo aquello que en cada caso le convenga. De modo que vuelve a equivocarse Feijóo haciéndole carantoñas a Junts. Absurdo. Más aún convirtiéndose en cómplice del manejo fabricado por Sánchez y Puigdemont a cuenta del Decreto. Dandole así cobertura a Sánchez. Como acaba de suceder. Al anunciar el PP que esta vez votará a favor del Gobierno. Para evitar que digan que está en contra de subir las pensiones. ¡Vaya argumento! Aunque el texto incluye las mismas medidas por las que -días atrás- el PP rechazó ese Decreto. Cuando ya había manifestado que tampoco lo apoyaría ahora. En definitiva,una vergüenza. Por eso aquí solo queda Vox como única oposición firme. Seria. Coherente. Plantando cara. Al servicio de España. A fondo. Sin complejos.