La idea de unidad está tan inscrita en el ADN de Valencia que la estrofa célebre de su himno ('Tots a una veu') ha arraigado ... en la identidad colectiva con la fuerza propia de los símbolos más queridos. Es una evidencia muy prolongada en el tiempo pero que no resulta ocioso recordar precisamente en estos días de división ciudadana, en vísperas de un 9 d'Octubre que debería estar presidido por ese mismo espíritu de fraternidad. Más allá de la legítima discrepancia ideológica, enriquecedora siempre que se disuelva por cauces pacíficos, la festividad que la Comunitat conmemora el jueves debería contagiarse del clima de 'germanor' que este domingo triunfó en la plaza de la Virgen. Un canto al compromiso común en favor de una tierra malherida hace un año, que merece como ninguna que el sentido constructivo impere en las instituciones y en quienes las dirigen, así como en el discurso partidista. También entre la ciudadanía. Los versos de la inmortal obra de Serrano y Tous que nos animan a los valencianos «alçar-se en peu» deberían ser el código que el conjunto de la sociedad respete. Que nuestro himno sea de verdad un himno para toda Valencia.
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