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El francotirador

Lo peor está por llegar

Héctor Esteban

Valencia

Viernes, 7 de marzo 2025, 00:20

Llevamos varios días conviviendo con el pánico y la psicosis bajo el titular de «lo peor está por llegar», que es el mantra que meteórologos, ... administraciones, aficionados y pitonisos han utilizado para cerrar a cal y canto lo público en la Comunitat Valenciana. Una vez más, la previsión ha fallado, y se ha dejado en punto muerto a un territorio porque lo peor estaba por llegar sin que nadie explicara qué era lo peor. El acumulado de 400 litros por metro cuadrado desde el 1 de marzo -a la hora de escribir este artículo, que fue a las 12:23 horas de ayer- se daba en dos pluviómetros de la Vall de la Gallinera, según Avamet. En la mayoría de las localidades, un episodio lluvioso dentro de la normalidad de casos de este tipo, con precipitaciones más importantes en el interior de Castellón y en la zona sur de la provincia de Valencia. Nada que no haya pasado otras veces, nada que se parezca a la dana vivida el 29 de octubre, nada que no hayamos vivido año tras año. En otra época incluso se podría decir que esta lluvia ha sido beneficiosa para el campo, los pantanos y los acuíferos y que saciaba la sequía que periódicamente sufre la Comunitat. Si el 29 de octubre se actuó por defecto en esta ocasión se ha decidido por exceso, sin encontrar la virtud que está en el término medio, que no es otro que tomar las medidas adecuadas en función de lo que realmente está sucediendo. Hemos vivido una serie de decisiones más propias del fin del mundo en lugares en los que no se ha activado la alerta roja ni un solo minuto. Una psicosis que ha llevado a cerrar los colegios sin que hubiera una alternativa docente vía clases telemáticas -todos de vacaciones, maestros y alumnos-, y los centros de salud, como si muchos de los médicos y especialistas de la sanidad pública -no todos, no se me enfaden- no hayan abierto por la tarde sus consultas privadas. Además, aquí hay dos categorías de trabajadores, los de lo público y los de lo privado. Los primeros, abrigados por las medidas de emergencia, y los segundos, a jugarse la vida en las carreteras para poder llevar el pan a su casa. Hemos pasado de la semana blanca a la semana de lluvias. De locos. Es necesaria la prevención pero es mucho más importante la moderación, el análisis, el saber tomar las decisiones adecuadas en fenómenos de este tipo y, visto lo visto, la actuación desde lo público ha sido, una vez más, muy deficiente. Desde el 1 de marzo, en el pluviómetro de Avamet en El Micalet se han recogido 21,6 litros por metro cuadrado, de esos, 10,8 litros en cuatro días (a fecha de ayer a las 13:13 horas). Unas cantidades que han provocado el cerrojo de todos los colegios del cap i casal. Igual que en la capital, en un sinfín de localidades. Es sintomático que, en un episodio en el que ha llovido en la mayor parte de la Comunitat con moderación, que es lo que se le pide a la lluvia cuando cae, se han tomado las medidas que no se adoptaron con la dana, que es cuando sí que se dio lo peor.

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