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Peligro de 'empastre'

La plaza continuará siendo «arroz con cosas»

FERRAN BELDA

Domingo, 25 de mayo 2025, 23:43

Ganará en gusto y, desde luego, en presentación; cualquier mamarrachada será más bonita que la pista de kart que nos legó el Pacto del Rialto. ... Pero la plaza del Ayuntamiento continuará siendo «arroz con cosas», en contra de lo que opina el portavoz municipal del PP JC Caballero. No se la podrá calificar de genuina paella valenciana porque contendrá aportaciones, «entropessons» -por utilizar la terminología gastronómica autóctona- de dos cocineros con criterios distintos y, por tanto, no será una obra de autor, elogiable o discutible como todas. Lo reconoció Caballero y lo confirmó la misma alcaldesa: la contrareforma del proyecto de Miguel Rey, elegido por PSOE y Compromís en 2023, «responderá a la idea que yo tengo» de la plaza. ¿Qué sabemos de esa idea? Lo suficiente como para entender que no es descabellada: deberá contemplar el acceso de los autobuses al lugar, la supresión de la playa prevista en torno a la fuente, la retirada de los árboles que se iban a introducir en la bajada de San Francisco porque reducirían el campo de visión de las 'mascletades' -el ágora valenciano es «la catedral de la pólvora» para Caballero, miembro del gobierno que pretende meter en cintura el turismo pirotécnico-... Sólo la inclusión de una «sorpresa» que MªJ Catalá no desvelará hasta noviembre, fecha en la que debe estar concluido el rediseño, podría situarnos ante otro jardín del Turia. Un proyecto original, de Ricardo Bofill, convertido por mor de Pérez Casado en una kilométrica acumulación de ocurrencias más o menos felices para acallar las críticas que suscitó como cualquier otra obra pública. Un 'empastre' de estilos que sólo el crecimiento de las distintas arboledas logró afortunadamente difuminar y embellecer. Pero aún así uno no puede quedarse tranquilo porque la alcaldesa está empeñada a darnos una sorpresa y eso le falta al desdichado espacio dejado por el derribo del convento de San Francisco: que le plantifiquen una sorpresa, si no son dos, porque el consistorio no renuncia a encajar en ella una recreación de la tortada de Goerlich. Por lo demás, el manoseo del proyecto viene a confirmar que la actual corporación compite con la anterior en improvisación viaria, como apuntaba Pablo Salazar. Es tan torera que se va enfrascar en la reforma de la principal plaza de la ciudad, el escenario donde se celebran regularmente sus tradiciones más universales, a cachos porque carece del dinero necesario para adjudicarla en su totalidad. Con el riesgo que ello entraña de tener empantanado este por lo demás versátil recinto ferial ocho más. O de que al sucesor/a de Catalá -por traslado u otras eventualidades electorales- no le guste su idea y quiera imponer la suya.

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