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Espadas

«Dominus rei morbo»

A Navarro no le guardaron el duelo porque tenía lista de espera y de agravios

Miércoles, 22 de octubre 2025, 23:20

Para que luego digan de las jugarretas, los estacazos y los epítetos que se atizan los políticos. Ciertamente, son tremendos. Se espían, se dicen de ... todo y, si se tercia, se despachan los unos a los otros al visigótico modo. El sistema de relevos vigente en el PP es un buen ejemplo de ello. Pedro Agramunt, verbigracia, se enteró por la prensa de que el candidato a la presidencia de la Generalidad por el PP no sería él sino Zaplana y a Isabel Bonig no le dejaron ni tomar la palabra para cederle el turno a Carlos Mazón por si soltaba una fresca. Una vez consignada esta evidencia es de justicia subrayar que en todas partes cuecen habas y en las agrupaciones empresariales, a calderadas. Buena prueba de ello son las bajas sufridas por este gremio en el último mes. El 23 de septiembre, fecha en que estaba previsto que anunciara que se presentaba a la reelección, apareció dimitido el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) Salvador Navarro. Un claro y fulminante caso de «morbum de Valentiniano negotiis duces», la variante valenciana del «morbus gothorum». Pero es que el pasado sábado se produjo el traspaso del expresidente de la CEV José V. González, en este caso por causas realmente naturales, y esta es la hora en la que no se ha apiadado de él ninguno de sus congéneres. Y no sólo eso. Ni la CEV, sospecho que por aquello de que en «sede vacante nihil innovetur»; ni la Cámara de Comercio, Industria y navegación (en minúscula); ni la AVE, porque sólo tiene ojos para el corredor mediterráneo, se han molestado en poner una esquela, publicar un fondillo o encargar siquiera un responso en sufragio del alma de quien presidió Femeval, AIDO, AIMME, la CEV, la CIERVAL, la Feria y fue vicepresidente de la CEOE. Sea porque se granjeó algunos enemigos con las derramas que impuso para saldar las deudas de la CEV, sea porque era 'el Chispas', como ha recordado Jordi Cuenca, o porque la hora de alabanzas de los patronos dura lo que un minuto de silencio en el fútbol, nuestros capitanes de empresa procedieron como acostumbran. A Navarro no le guardaron el duelo porque tenía lista de espera y de agravios. Y en el libro de condolencias de González sólo firmaron cuando tocaba el actual titular del Consell, Carlos Mazón, y su predecesor, Ximo Puig. Por último, como la vida ha de continuar, Vicente Lafuente presentó el lunes su candidatura al cargo vacante con la esperanza de dejar de ser al fin el opositor más veterano a esta clase de notarias. Aunque no es descartable que se lo piense mejor y renuncie a alcanzar este sueño en vista de cómo se las gastan sus pares.

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