Unidad imprescindible
El pasado viernes, el presidente Sánchez se entrevistó en el palacio del Temple con representantes de tres asociaciones de víctimas y damnificados de la inundación. ... Gracias a ello, y al muy cansino debate que arrastramos sobre quién recibe y quién no recibe a esas entidades, hemos acabado sabiendo que las asociaciones constituidas desde la catástrofe, aunque parecían ser tres, son al menos seis, un extremo que no se manejó a la hora del famoso viaje a Bruselas del 14 de mayo, el de la empatía de Von der Leyen y Roberta Metzola, ambas del PP, y el perdón voluntarista de González Pons.
Estamos, pues, ante seis asociaciones, con directivas de las que solo se conoce a su presidente o presidenta, y con perfiles y cometidos diversos, ya que unas representan a las familias con fallecidos y otras no. Seis asociaciones, también eso debe decirse, que no representan ni a todos los damnificados ni siquiera a la mitad de los fallecidos, aunque los datos sobre los asociados que reúnen tampoco se conocen al detalle.
La invitación del presidente Mazón a un encuentro con las tres entidades que dieron la mano a Pedro Sánchez en la delegación del Gobierno, generó el sábado la petición de comparecencia en las Cortes Valencianas, cuestión que ayer lunes empezó a encarrilarse con el beneplácito del PP. Pero es obvio que las seis entidades, y puede que otras de diversa entidad que reúnen a perjudicados de poblaciones o polígonos industriales concretos, van a querer hacer oír su voz en la comisión parlamentaria.
Así las cosas, parece evidente que la comisión de Les Corts corre el riesgo de convertirse en un océano de confusión donde se haga todavía mayor el sentimiento de inutilidad y vacío de contenidos que el viernes se transmitió desde el Temple. Porque el anuncio de un funeral de Estado en octubre pasó a ser el principal titular informativo tras una reunión, de la que se desconoce casi todo, en la que al parecer solo hubo vagas insinuación de acción y, eso sí, una empatía con las víctimas que, siendo moralmente relevante, no hace avanzar a la provincia de Valencia en su salida de la catástrofe.
Una vez más, aparte de montañas de dinero, la unidad se hace imprescindible para encarar los planes para la salida de esta crisis. La unidad de todas las administraciones es urgente y reclama un gestor y un portavoz único, capaz de superar el desbarajuste que ahora es evidente en la reconstrucción. En cuanto a las entidades que representan a las víctimas y los damnificados, conseguidos esos encuentros necesarios para superar el dolor de la tragedia, deberían pensar ya en elegir un representante único, formado en gestión y comunicación, que sepa conducir los intereses de sus colectivos a buen puerto.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.