La semana
F. P. PUCHE
Sábado, 21 de junio 2025, 23:32
El voto de Ábalos va a ser muy necesario, uno de estos días, para aprobar la Ley contra la Prostitución. Con eso, basta y sobra ... para entender la complejidad, el absurdo, también la abyección, en la que se mueve esta parte, triste aunque no sé si final, del gobierno de Sánchez. La verdad es que nunca hubiéramos imaginado que la democracia que trajeron Juan Carlos, Suárez, Felipe y Carrillo acabaría con la prensa hablando de un pendrive escondido en el dobladillo de los leotardos de una modelo porno. Pero en esas estamos y el editorial del Times le ha llamado Don Teflón, como aquel mafioso de Nueva York al que le resbalaban los asuntos judiciales. El Times de Londres ¿comprenden?
Mientras tanto, no sabemos si su rostro macilento no será porque además acababa de firmar el permiso de paso de los aviones cisterna y los bombarderos invisibles B2 por las bases de Rota y Morón, camino de una guerra que ha iniciado Netanyahu sin permiso de la autoridad. El enfado de Podemos y Sumar ni se oye ya, en medio de la colosal gresca; así es que las buenas noticias -un español, Pablo Isla, ha sido nombrado presidente de Nestlé como en su día lo fue el valenciano Vicente Mortes- es que ya ni nos caben.
Marruecos y el Sahara. Delcy y las maletas. Santo Domingo y las petroleras. Air Europa y Badajoz. Aquí hay para rato. Basura para mucho rato. Y, sin duda alguna, lo que yo creo peor: la presencia del untuoso estilo Ábalos, vengativo, sigiloso e implacable, en todo lo que el socialismo valenciano ha diseñado, proyectado y patrocinado desde hace 40 años. Porque nuestro Torrente lo ha sido todo desde que Eugenio Burriel lo empleó en Gobierno Civil en 1983. Desde 1999, Ábalos ha sido responsable sucesivo del socialismo de la ciudad, la comarca, la provincia, la región y la nación; así es que no es posible desligar de sus decisiones, y de su estilo personal, la aparición de los escraches, las 169 portadas de El País y el trato de trituración que recibieron Camps y Rita Barberá. Hablo, en realidad, de los formatos del socialismo español desde el Prestige y los atentados del 11-M, en los que vemos la desaparición de barreras y valores, la ausencia del sentido de Estado y el avance de un pragmatismo que ahoga la piedad antes de nacer: todo vale para deshacerse del adversario de la manera que sea, moral o inmoral. Compro siete votos.
Por resumirlo, es el PSOE que dejó de sonreír y, con el ceño fruncido, empezó a reñir a los ciudadanos por votar mal. Ya que está de moda hablar de lideresas, es el socialismo que va de Ana Noguera y Carmen Alborch a Diana Morant y Pilar Bernabé. Es el socialismo que sobrellevamos, sin culpa alguna, durante este siglo.
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