Preparedness
Como todo viene ya en inglés, me lío la manta a la cabeza a la hora de elegir título y copio el de la Unión ... Europea en su campaña para que estemos alerta, dispuestos como un resorte. Preparedness. Que viene a ser eso, disposición para la resistencia, preparación; la actitud que pregonaba como lema lord Baden Powell, fundador de los boy scouts: Be Prepared. En este tiempo de viento frío de la estepa, cuerpo y alma deben estar preparados, siempre listos. Y, cuando llegue el caso, al sótano, o al armario. Donde guardaremos lo imprescindible para resistir 72 horas: pilas, agua potable, abrelatas, cerillas y mucho papel higiénico, que luego se acaba en el super.
Hasta la fecha, Europa apenas había logrado imponer tapones de botella imperdibles. Pero desde hace unos meses, la señora Von der Leyden ha cambiado muchísimo. Fue ver cómo Donald Trump maltrataba a Zelensky y empezaron a cambiar actitudes y criterios. Si Estados Unidos retira su protección, si el vicepresidente Vance dice que odia tener que rescatar a Europa otra vez, la lectura necesaria es la que es: quieren que sepamos que estamos solos. De modo que, en efecto, tenemos el deber ineludible de crear un ejército europeo y hacer ver que en este parque temático de antigüedades estamos preparados, avisados y listos, y que hemos asumido el compromiso de un rearme serio.
Rearme, señor Sánchez Castejón. Usted le llamará como quiera, pero se trata de armarse más para que Putin lo sepa. Y lo que es más sarcástico y humillante: se trata, además, de aumentar las compras y la dependencia de los fabricantes americanos de armas y sistemas. Porque, creo poder citar bien: de 147 aviones de combate que tiene España, en 115 no se pueden encender los motores sin que lo sepan, lo vean y den el visto bueno en Estados Unidos. Bueno, pues más todavía. De ahí ese modelo de guardar bujías y lentejas en un armario que no es por si hay pandemia, o inundación, sino por si los rusos. ¿Que puede parecer una ridiculez? Pues quizá aquí, en España, puede parecerlo. Pero no en los países con frontera común y comprometida, desde Finlandia a Moldavia.
Aunque, lo que produce repelús de verdad ya no es que hablemos de una hipótesis de ataque físico, con bombas, como la pobre Ucrania viene sufriendo, sino la paulatina convicción de que hemos sido sometidos, en cuestión de meses, al chantaje combinado de dos super-padrinos que nos chulean y extorsionan a partes iguales, ahora sin aquel antiguo perifollo de salvar los valores de la democracia y otras antiguallas. Se acabó Normandía, no hay Yalta ni San Francisco. El asunto, ahora, va de reparto de influencias, zonas de negocio y recursos. ¿Tienes torio, tierras raras, catedrales góticas, principios...?
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