Secciones
Servicios
Destacamos
Durante este largo puente de Semana Santa, el juicio sobre una inundación que andamos celebrando entre todos, se ha tomado una tregua. Por respeto a ... la liturgia y a las vacaciones, estos días no habrá mogollones de cámaras y periodistas a la puerta de los juzgados, no habrá bocinazos, gritos ni manifestaciones, no habrá lágrimas y pancartas en la Ciudad de la Justicia. Y, en consecuencia, no se darán esos telediarios crispados que copian una vista oral anticipada.
Confieso mi ignorancia sobre derecho procesal. No sé cómo se instruye una causa y menos de este tipo, ribeteada de tragedia y lágrimas y altamente cargada de una dosis de crispación política muy pocas veces vista. Pero creo poder afirmar que no es habitual, incluso que no es normal, lo que estamos viendo casi todas las jornadas: la apertura de un debate sobre lo que dice cada una de las personas que comparece ante la jueza y determinaciones de la instructora que se hacen públicas y se escrutan también a diario. La costumbre, yo no sé si es la norma, es que cuando la Justicia abría una causa, todos callaban y el juez instructor iba haciendo su trabajo, reunía informes, hacía entrevistas, en casos así hacía muchos viajes a las zonas afectadas, y todos nos aguantábamos sin conocer opiniones o decisiones.
Quiero decir que no sé si el sumario debería ser secreto, pero sí digo que me gustaría que fuera discreto. Es un asunto de extremado interés, pero no estaría mal que la sociedad esperara el final de la instrucción del sumario para conocer el estado de la cuestión.
Afirmo lo que precede, seguramente con torpeza, porque como es notorio hay un juicio abierto. Es el que hemos ido montando entre todos, de forma paralela, tanto en los medios informativos de aquí como en otros, de fuera de Valencia, que no han visto, ni de lejos, una avenida otoñal en nuestros ríos y barrancos, pero que ya en noviembre tenían clara una sentencia. Y lo digo porque no parece bueno que ese juicio paralelo, improvisado y arbitrario, se esté mezclando con el sufrimiento de una sociedad donde se han producido muchas víctimas y cuantiosos daños, lo que siempre segrega dolor y resentimientos.
Todavía es menos procedente que a esas dos espirales se esté sumando una campaña electoral adelantada en la que los políticos que dicen que van a ser candidatos son, también, testigos judiciales, como actores que fueron del drama que la Justicia dilucida. No es preciso usar ejemplos, pero es obvio que la mezcla de las tres espirales en cuestión es, como mínimo, muy insana. Porque se intenta juzgar, creo, unas conductas y decisiones durante una inundación, pero no a unos partidos. ¿O se trata de eso?
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Hallan muerta a la mujer que se cayó ebria estando con un bebé de 1 año a su cargo
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.