La magia de pedir las cosas por favor

Domingo, 26 de octubre 2025, 00:04

Ha sido igual que en un cuento de Navidad, aunque ocurrió en otoño. El 20 de septiembre pasado jugaron Valencia y Athletic de Bilbao y, como suelo, acudí a Mestalla cargado con mi resignación de chotoceñudoporrealístico. Las dos localidades de mi derecha salen a la venta con cada partido y resulta siempre una sorpresa quién pueda ocuparlas. En esta ocasión fueron un padre y un hijo. El chico mantenía en alto por delante de su cara una cartulina grande. Me divirtió que no la bajase conforme iba avanzando el encuentro. «El chaval no está viendo nada», le hice notar al padre. «Lea y comprenderá, busca ser enfocado por la televisión», contestó. Supuse que se trataría de algún tipo de protesta, futbolística o no. Miré y, escrito con rotulador y letra junta de colegial, me encontré con que decía: «Hugo Duro, ¿me das tu camiseta, por favor?». No supe si reírme o darle un abrazo enternecido por ese «por favor», así que decidí apoyarle en su propósito y, lo mismo que yo, media grada.

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Se llama Lucas, tiene siete años y es de Logroño. Desde los tiempos de la delantera eléctrica, su familia riojana respira valencianismo y el chico aprovechó las fiestas de San Mateo para que su padre lo trajese a Mestalla a pedirle por favor la camiseta a Hugo Duro. Pese a que nos dejamos la voz gritando «¡Hugo!, ¡Hugo!, ¡Hugo...!» no logramos ni que nos mirase, tampoco cuando consiguió el segundo gol y se acercó a celebrarlo. Al finalizar el encuentro, Lucas bajó la pancarta y pude ver por fin su cara de hermano pequeño de Tom Sawyer y leer ahí su decepción. Los niños creen en la magia incluso cuando no se cumple o, sobre todo, cuando no se cumple. Entonces, dispuesto a no rendirme, hice una foto del cartel y la subí a mi cuenta de Instagram. «No soy la tele, pero algo de audiencia tengo», le dije a Lucas. «Ojalá, señor», me respondió. «AYUDA», escribí en la red social y añadí que un niño había recorrido 478 kilómetros para pedirle la camiseta a Hugo Duro y que se tenían que enterar el jugador o el Valencia CF. Mi publicación fue vista por 74.358 personas y, claro, llegó a Hugo Duro y al club.

Esta semana he recibido un wasap que decía: «Soy el padre de Lucas, ayer en Vitoria, Hugo Duro le dio la camiseta tras el partido, el Valencia CF lo organizó. Lucas no deja que la lavemos y hoy se la ha llevado sudada por Hugo Duro al colegio para que la vean sus compañeros». Este es el fútbol en el que vale la pena creer, el de los niños, no el de los millones, el de la ilusión que puede más que el dinero, ese en el que los milagros todavía ocurren si se piden por favor.

Este es el fútbol en el que vale la pena creer, el de los niños, el de la ilusión que puede más que el dinero

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