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El 'violador del portal' (Valencia, 17 víctimas) se suma a una larga lista de violadores en serie: el del ascensor, el de los garajes. Este ... último, que operaba en Alicante, acaba de ver reducida su condena por la ley del 'solo sí es sí'. Sin embargo, más allá de los fallos de la ley, que han beneficiado a más de mil agresores, impactan la inseguridad de los espacios cotidianos y cómo el lenguaje normaliza los ataques sexuales. ¿Tenemos que aceptar a los violadores -al miedo- como parte integrante del paisaje urbano?
El programa 'Ciudades seguras y espacios públicos seguros' de ONU Mujeres denuncia la escasez de políticas para hacer frente al acoso sexual en los espacios públicos. En Irlanda, el 55% de las mujeres (y casi el 100% de las jóvenes) se sienten inseguras en el transporte público al anochecer. En la calle recibimos ayuda. Me cuenta con orgullo que sí, que es su voz y no un programa de radio: «Lo grabé en un estudio profesional». El taxista, polifacético y simpático, espera sin prisas hasta verme cruzar el portal, un gesto que humaniza Valencia al caer la noche. A mil setecientos kilómetros, en Holanda, la noche también es cerrada. El hotel está en el bosque y la conductora insiste: «¿Qué te cuesta -intuyo que le dice- desviarte kilómetro y medio de la ruta, si llevas solo un pasajero -una mujer, ¡una mujer!- y dejarla en el hotel?» Discuten acaloradamente. Él, al volante de una furgoneta de diez plazas, se aferra al reglamento. Ella, responsable de otra ruta, al mando de un autobús convencional cargado de pasajeros, se ofrece a llevarme, preocupada por mi seguridad. No puedo aceptar, pero me reconforta, a tantos kilómetros, su generosidad. Me pregunto cómo acabará la noche.
Además de la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que han logrado identificar hace una semana al 'violador del portal', ya en prisión, las ciudades apuestan por botones de pánico en zonas de riesgo, marquesinas transparentes en las paradas del autobús, mayor iluminación y limpieza en pasadizos oscuros y zonas con poca visibilidad. También puntos violeta en fiestas, comercios y edificios públicos. En Valencia, la polémica 'parada violeta' de la EMT ha dejado más cerca de casa, en 2024, a más de mil mujeres.
Legislar en favor de la seguridad de las mujeres y las niñas resulta polémico. No importa si la medida es o no razonable: la combinación de 'mujer' y 'violeta', sin más, incita a la rebelión. Y la respuesta es no, el miedo no es parte del paisaje. La seguridad de casi tres millones de las mujeres y niñas de la Comunitat Valenciana no debería generar fricciones.
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