Un ciudadano anónimo ejemplar
No sabía hoy si escribir sobre Trump y su guerra contra los medios de comunicación. La ofensiva se ha cobrado ya dos víctimas en los ... humoristas Stephen Colbert y Jimmy Kimmel. La pregunta es: ¿Qué pasará con Jimmy Fallon (The Tonight Show, emitido por la cadena NBC)? Adorado por los famosos, tiene a su favor su fina inteligencia, el diseño milimétrico, medido, de sus monólogos y el recitado siempre a modo de travesura. O de Google, que sigue en mi agenda desde que visité la sede en agosto. Lo merecen los 25 años de los premios «Valencianos para el siglo XXI», precioso homenaje de LAS PROVINCIAS a las víctimas de la dana, a la sociedad valenciana y al periodismo. Roig Arena, impresionante por dentro y por fuera. En el escenario, la constatación serena de lo que somos. La terraza crisol y punto de encuentro. También las mujeres, víctimas ahora del terrible fallo de las pulseras antimaltrato.
Pero me ha tocado el corazón esta semana, o el alma, como diría uno de mis alumnos de Comunicación Audiovisual, una fotografía publicada el sábado. La imagen se tomó a comienzos de año. Sentado en lo que parece una silla de ruedas, en la residencia de Rafelbunyol, vemos a Batiste: serio, bien abrigado, cuidado. Con las manos sobre el regazo, mira tranquilo a cámara. La fotografía lleva la firma de Jesús Signes y es la imagen fija de un aniversario muy importante: cinco años antes, en el mismo lugar, Batiste Martí recibía la primera vacuna contra el Covid en la Comunidad Valenciana. Un poco más abajo, con mascarilla, aparece en otra instantánea histórica. Aquí, cabizbajo, Batiste se enfrenta al destino mientras una enfermera vestida de azul apunta con la jeringuilla. Es un antes y un después: el sí a la vacunación. «Ha sido solo un pinchacito», decía Batiste, animoso. Un verdadero héroe y un señor en toda la extensión de la palabra. Vulnerable, de acero. Curtido por la vida, valeroso y ejemplar.
La debemos mucho a Batiste Martí, noticia ahora por su fallecimiento, como a tantos otros mayores. Todavía hoy muchos valencianos sufren por la pandemia: por las pérdidas familiares, traumáticas; por las secuelas de la enfermedad, por la despedida a distancia de los padres, la espera de la llamada diaria (¿Cómo estará?). La luz vino en muchas ocasiones de la mano de los mayores. Unos minimizaron sus necesidades y preocupaciones; otros como Batiste, nos dieron esperanza y cuidados, ayudándonos a superar las horas amargas, como mis tías Marisa y Margarita, fieles lectoras. Hoy rindo homenaje, en la figura de Batiste, a todos los mayores, por su generoso apoyo en tiempos de zozobra.
La debemos mucho a Batiste Martí, noticia ahora por su fallecimiento, como a tantos otros mayores
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