Fontanería política

El gremio de los profesionales está molesto, por el uso del término fontanero de forma peyorativa por los políticos. He leído que el uso surge en USA cuando alguien que trabajaba en la Casa Blanca tuvo que explicar a su familia en qué consistía su trabajo y encontró esa palabra-concepto al referirse a la limpieza de asuntos relacionados con el entresijo de los partidos políticos. Un ejemplo sería los del Watergate. De hecho, la definición dada y que copio es: En la jerga política española, los fontaneros como Leire Díaz son personas que trabajan en la sombra dentro de los partidos políticos o gobiernos, encargándose de tareas discretas, estratégicas y a menudo sensibles para garantizar el funcionamiento interno de la organización o el éxito de sus objetivos.

En este caso se dice que esta 'fontanera' ha realizado gestiones destinadas a obtener pruebas contra una división orgánica de la respetada y admirada Guardia Civil, conocida por la UCO. Muy atrevida esta profesional que debe sentirse amparada, sostenida por algún miembro de la cúpula del actual gobierno. Me llama la atención una frase leída al vuelo, salida de sus labios hinchados por el Botox político; una sustancia que termina por envenenar el ego de quien lo usa. La frase clama por una defensa apropiada. Tiene miedo a ser ninguneada e incluso rechazada como desconocida. Ha meado fuera de su tiesto. Se crece y viaja con un plus de falsa representatividad. A veces la falta de prudencia termina por 'atascar de heces' su gestión.

No debemos confundir con el asesor, otro miembro del llamado 'staff' del que manda. Uno más.