Fue la pandemia la que aceleró la tendencia del teletrabajo, convirtiéndolo en una realidad. Un número creciente de trabajadores ya realizan sus tareas desde casa, ... haciendo que el teletrabajo haya pasado de ser una opción para convertirse en una realidad. Hoy el modelo híbrido o completamente remoto se ha consolidado en muchos sectores.
Este cambio, no solo ha cambiado nuestra forma de trabajar, sino que también, ha impactado en la manera en la que vivimos y utilizamos los espacios comunes de nuestros edificios. Los metros cuadrados ya no solo se piensan para el descanso, vida familiar u ocio, sino también para la concentración, productividad y conectividad. Es por esto, que muchos edificios residenciales están experimentando una transformación silenciosa, pero significativa. Si antes, era atractivo para la compra/alquiler , el disponer de una piscina o gimnasio, hoy cobra valor la presencia de espacios de coworking, salas de reuniones o zonas silenciosas para hacer videollamadas. Cómo administrador de fincas es imprescindible que nos adaptemos a esta nueva realidad y aprovechemos las oportunidades que nos ofrece.
1. Escuchar a los vecinos
Es imprescindible que nos adaptemos a esta nueva realidad y aprovechemos las oportunidades
Es recomendable mantener una comunicación abierta con los residentes. Realizar encuestas o mantener reuniones para conocer tanto necesidades como preferencias en relación a esos espacios comunes puede proporcionar información muy útil. Al involucrar a los vecinos en este proceso de adaptación, se fomenta el sentido de pertenencia y se tiene más garantías de que las soluciones que se implementen sean realmente interesantes para la comunidad.
2. Redefinir las zonas comunes
Los salones, patios o áreas de trabajo pueden convertirse en espacios clave para el teletrabajo. Pasan de ser lugares de paso, para ser diseñados o adaptados para fomentar colaboración y trabajo en equipo.
Tener buena conexión a internet, mesas y sillas adaptadas harán de estos espacios lugares atractivos para todos aquellos que busquen un cambio de ambiente. Cómo Administrador de fincas, nos encontramos ante el reto de reconvertir esas zonas de usos múltiples en espacios eficientes para el trabajo en remoto pero sin perder su carácter social.
3. Invertir en tecnología
La conectividad es esencial para el teletrabajo. Asegurarse que el edificio tenga una correcta conexión a internet en todos los espacios comunes.
Implementar un sistema de reserva de espacios, fácil y accesible para facilitar el uso de estos espacios.
4. Fomentar la comunidad
El teletrabajo puede ser solitario, por lo que se ha de trabajar para que los vecinos sientan estar conectados. Mientras muchos valoran trabajar en pijama otros sienten que les falta interacción social. La organización de talleres, charlas y encuentros informales pueden fortalecer lazos entre los residentes, haciendo que el teletrabajo pueda ser fuente de inspiración y apoyo para quienes trabajan en casa. Sin embargo, este nuevo ecosistema requiere de normas claras de convivencia. El uso de estos espacios comunes puede generar conflictos s no se establecen reglas: horarios, turnos, limpieza.
5. Tendencias arquitectónicas emergentes
Algunas promotoras inmobiliarias ya están respondiendo a esta tendencia con propuestas innovadoras. Se han empezado a construir edificios con 'coworking', zonas 'chill out', todo ello con wifi.
Proyectos arquitectónicos que dan respuesta a que la vida en casa se ha diversificado y es la arquitectura la que tiene que responder a ello.
6. Y qué hacer si estamos ante la gestión
de un residencial ya existente sin estas adaptaciones. Entre los pasos posibles sería, buscar apoyo institucional para posibles subvenciones, establecer turnos de reserva para evitar conflictos y garantizar el uso equitativo y sobre todo trabajar para un correcto dialogo entre vecinos para identificar necesidades y proponer soluciones consensuadas.
El teletrabajo puede convertirse en una oportunidad única para reinventar las zonas comunes en nuestros edificios. Adaptarse a esta nueva realidad no sólo mejorará la calidad de vida de los vecinos sino también puede fortalecer la comunidad.
Como administradores de fincas, tenemos la responsabilidad de liderar este cambio y crear espacios que respondan a la necesidad de los teletrabajadores promoviendo un entorno más colaborativo y armonioso, con el fin de transformar los edificios en lugares, dónde vivir y trabajar se complementen de forma efectiva.
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