No mentirás en tu currículum
Adolfo Montalvo
Viernes, 1 de agosto 2025, 23:41
Casi todo el mundo adorna su currículum. Es lógico e incluso recomendable que se intente presentar en positivo la experiencia profesional y formativa cuando se ... desea acceder a un puesto de trabajo o a una elección para un cargo. Mentir es otra cosa. Mentir es afirmar como cierto algo que se sabe que es falso, con el propósito de que otros lo crean. Mentir rompe la relación de confianza con el resto de personas.
La mentira no siempre trae consecuencias. El actual presidente de los Estados Unidos en su primer mandato dijo 30.573 mentiras según acreditó el Washington Post. Perdió las elecciones de 2020, pero las ganó en 2024, sin haber pedido perdón por mentir. Todo lo contrario: se ha autoabsuelto y ha indultado a los asaltantes del Capitolio. Eso es muy fuerte. Aquí en España tenemos algo muy parecido con nuestro presidente de Gobierno: mentiras y amnistía.
Políticos que mienten
Mentir rompe la relación de confianza con el resto de personas. ¿Qué clase de control tienen los partidos políticos?
«Hemos normalizado que los cargos públicos nos mientan en la cara», advertía este lunes el periodista Burguera, «la prensa debería soliviantarse».
Las primeras mentiras de jóvenes aspirantes a políticos son en el currículum. Siguen tendencias que marcan sus mayores, como aquel director de la Guardia Civil que además de mentir en su currículum robó de forma soez y fue condenado y encarcelado.
Hemos asistido a mentirijillas menores que no han sido castigadas, como las del lehendakari que aparentó ser un ingeniero. O el presidente de la Generalitat que dijo ser periodista y costó mucho que aclarara que en realidad no tenía estudios universitarios. O aquella ministra que hizo un máster sin asistir a clase, con notas falsas y plagio en su TFM. Estos casos salieron indemnes y han sido premiados con una portavocía y embajadas en París y Washington, seguramente porque taparon otras mentiras muy gordas de su gran jefe.
Hemos asistido al vergonzoso caso de la diputada dicharachera que ha sido pillada in fraganti con mentiras múltiples y ha dimitido. En su partido han dado instrucciones de revisar biografías y un supuesto periodista se ha convertido en licenciado en Políticas. Tenemos también registro de esa verde presidenta de Les Corts que ha borrado el rastro de su 'diplomatura'.
Quedan gentes como esa otra política que en estos momentos aún exhibe en su perfil una educación en Filología Hispánica de 6 años en la universidad, una trola que fue corregida en las webs de su partido. O la grave sorpresa del Comisionado con título universitario falso. Por no hablar de esa directora de cátedra que no podría cursar el máster que dirigía en la Complutense al no tener estudios universitarios. Todo muy 'ejemplar'.
Profesionales soliviantados
Estos últimos días en un grupo de veteranos amigos con los que comparto una etapa profesional en una gran empresa multinacional, donde casi todos superamos los 65 años y de ellos 40 de cotización laboral en empresas privadas internacionales y nacionales, la indignación es mayúscula. Han pasado por estrictos procesos de selección en empresas y han entrevistado a cientos de profesionales. Alguno de ellos ha tenido más de 1.000 personas en su equipo.
No se entiende cómo el falseamiento del currículum ha podido llegar tan lejos. A mí me han pedido mi título de ingeniero en múltiples ocasiones, incluso lo tuve que presentar en un cambio de empresa en un tiempo en el que yo era el decano del colegio profesional.
¿Qué clase de control tienen los partidos políticos? ¿Cómo pueden presentarnos para el Congreso de Diputados a una persona que tiene un currículum falso?
De la mentira a la corrupción
hay solo un paso
Si alguien miente al presentar sus cualificaciones profesionales para obtener un puesto, ¿qué no hará para mantenerlo y progresar con mejores cargos?
Cuando alguien no capacitado y mentiroso maneja presupuestos y bienes públicos es muy fácil que se corrompa. Me cuentan que muchos asesores de comunicación de concejales en la oposición ganan fácilmente el doble que un periodista en un medio serio como es LAS PROVINCIAS. Sus incentivos para cubrir las mentiras y corruptelas de sus jefes son muy altos.
Se me dirá que un título universitario no es garantía de buen gobierno ni de eficiencia y pulcritud. Es cierto, reconozco que hay incluso personas con una ingeniería, activas en política, cuya capacitación es muy dudosa. Habría que pedir también una experiencia profesional previa en empresas privadas o una oposición aprobada, limpiamente, para un puesto público, y aún así no hay garantías de éxito. También es cierto que algunos políticos sin estudios han sido buenos y honrados gestores.
Solución de cara a 2030:
Equipo limpiador
A los políticos nacidos en los 50 y 60 vamos a dejarles tranquilos, aunque les vigilaremos. A los de los años 70 y 80 vamos a exigirles honestidad en todo, pero no los machacaremos sobre cómo han llegado ahí. Nuestro foco va a ser con los jóvenes nacidos en los 90 y 2000 que están llamados a llevar las riendas dentro de unos años. Mi grupo de veteranos profesionales vamos a vigilar las figuras emergentes y escudriñar en sus biografías, porque 'vemos' más allá del currículum. Tenemos gran experiencia en selección de personal y contamos con medios de ayuda a jóvenes profesionales y ahora también a jóvenes políticos. Si alguien quiere saber más de esto, búsquenme en redes y contácteme.
Seremos implacables con los mentirosos, avisados quedan.
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