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En un mundo repleto de SUV, Volvo sigue apostando por las tradicionales berlinas, como el nuevo S60.
Seguridad en formato sedán

Seguridad en formato sedán

El nuevo Volvo S60 llega a Europa con más tecnología, calidad y equipamiento para conquistar a los que apuestan por las berlinas

ALEX ADALID

Domingo, 25 de agosto 2019, 00:21

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Volvo es una de las marcas más en forma del mercado. Recordemos que la marca sueca formó parte de Ford Motor Company y que, tras varios años de excelente desarrollo conjunto, la vendió al grupo chino Geely. Desde el país que, a día de hoy, manda en la economía mundial, se conformaron con dotar a Volvo de la financiación necesaria para acometer sus proyectos, y desde entonces la firma acumula éxitos, con una gama de productos formada por tres SUVs y varios familiares y berlinas, una nueva plataforma técnica de gran tecnología.

La renovación no sólo ha llegado a los modelos y motores, sino también a las fábricas. A las que la marca tenía en Suecia y Bélgica se han sumado plantas en China, donde se fabrica en exclusiva la berlina de lujo S90, y una nueva en Estados Unidos, en el estado de Carolina del Sur, donde se fabrica el Volvo S60.

'Made in USA'

Calidad y seguridad se unen en esta berlina compacta que, en versión R-Design, es más deportiva

La nueva generación de la berlina compacta sueca llega así con carnet americano, y resulta curioso, porque la versión familiar sí se fabrica en nuestro continente. Esto tiene ventajas, ya que no se trata de un modelo totalmente nuevo y, por tanto, los 'fallos de juventud' ya han sido resueltos en el modelo familiar. En cualquier caso, hoy pasa por nuestras manos la versión 2.0 turbo con 250 CV, tracción delantera, cambio automático y acabado R-Design.

Nos gusta su diseño, y aunque es un coche discreto, sólo puede ser un Volvo. El tamaño es compacto, con 4,8 metros de largo, y la planta, la habitual en una berlina, con el maletero bien separado del resto de la carrocería. Entramos y detectamos algún detalle 'made in USA', como unas cerraduras que, al abrir sus seguros, emiten un sonido muy apreciado en aquél mercado.

El interior es similar al de los Volvo actuales, lo que incluye unos asientos que, para nuestros gusto, son los mejores del mercado, ya que recogen perfectamente el cuerpo y lo sujetan para que no se mueva en caso de accidente, con rebordes acolchados en sitios clave que no tienen otros coches. El cuadro de mandos digital es marca de la casa, fácil de leer y entender, aunque algunos números, como los del consumo, son un poco pequeños, y la tonalidad muy oscura. La pantalla central va de maravilla, y Volvo ha adaptado bien el Apple Car Play para que su diseño horizontal se presente al conductor bien integrado.

Carácter deportivo

Arrancamos y detectamos otros detalle 'made in USA' que gustan en Volvo, como es un cambio automático que, en lugar de control electrónico, sigue teniendo una palanca móvil con las posiciones P-R-N y D, sin posibilidad de error en la selección.

El motor es potente y siempre está dispuesto para sacarnos de un apuro a alta velocidad pero además, en esta versión R-Design, encontramos unas suspensión 'durita', que contrasta con lo blandos que eran los Volvo hace poco más de quince años. Hoy el S60 se sujeta como una lapa, y esto es bueno si buscamos un comportamiento deportivo, aunque no tanto si nuestra prioridad es el confort. En este caso mejor elegir las versiones Inscription.

El consumo en carretera es alto, porque también se puede imponer un ritmo vivo, y rápidamente pasa de los 6,6 litros oficiales a los 8-8,5. La caja de ocho marchas ayuda a bajar los consumos y su control por levas puede permiten una conducción deportiva en curvas.

En el interior el confort es importante, aunque detectamos un ruido de rodadura algo mayor de lo esperado. Las plazas traseras son bastante amplias, aunque no tiene el equipamiento infantil adicional que tenía la anterior generación, como las banquetas de los asientos elevables, equipo que se ha dejado para el familiar, más apto para este tipo de uso. El maletero es de fácil acceso, y colocamos una gran maleta y tres pequeñas de cabina sin mayores pegas.

En cuanto a las ayudas a la conducción, tras encontrar el botón que las activa, funcionan muy bien, pero se desconectan de forma autónoma si no hacemos caso a sus consejos de guiado, por lo que es conveniente configurar bien el sistema o conducir tal como nos indica.

Comprobamos que el climatizador va de maravilla, ya que durante la prueba, Valencia tuvo las cotas más altas de temperatura de los últimos años. Eso sí, el interior de nuestro coche era negro con cuero negro, y tras soportarlo en esa dura jornada, es mejor elegir los tonos blancos o suaves habituales en el fabricante sueco, y mucho más cómodos en nuestro clima.

Tarifas competitivas

El precio es competitivo, y es que algo más de 45.000 euros por una berlina premium, potente y bien equipada no es ningún disparate. Volvo ofrece además la venta por suscripción, de modo que una única cuota lo incluye todo, incluso seguros, reparaciones, neumáticos, etcétera, que en este caso rondará los 700 euros al mes. La gama S60 tiene otra versión gasolina con 190 CV y otra híbrida enchufable, con casi 400 CV y un motor eléctrico para recorrer unos 50 kilómetros, pero no hay versiones diésel, con muy baja demanda en América y cuyas ventas, en Europa, se derivan hacia la versión familiar V60.

Este es, en resumen, un buen Volvo, pero tiene que pelear con los SUV de la marca para conseguir el beneplácito del público, un reto que el S60 es capaz de conseguir si no buscamos espacio.

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