Borrar
El alto torreón del parador recibe a los visitantes en una entrada porticada a la villa.
En una villa llena de historia con el Skoda Karoq

En una villa llena de historia con el Skoda Karoq

SKODA KAROQ STYLE 2.0 TDI 4X4 ·

Viajamos al conjunto histórico de Alarcón, en Cuenca, para disfrutar de arquitectura, excursiones y gastronomía con el Skoda Karoq

A. ADALID

Sábado, 21 de julio 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Lo que menos espera uno encontrar en Alarcón, un pueblo declarado de interés histórico-artístico, es una piscina desbordante con vistas al valle, pero así es. Uno de los últimos hoteles abiertos en este pueblo de apenas 150 habitantes situado en la provincia de Cuenca tiene una piscina que ya quisieran muchos resorts de la costa.

Alarcón es un lugar sorprendente, y está más cerca de lo que imaginamos. Saliendo desde Valencia hacia Madrid por la A-3, basta seguir las indicaciones de la autovía para salir en Motilla del Palancar y, por la antigua carretera nacional, llegar hasta este bonito paraje. El recorrido nos va a permitir probar el Karoq en todas sus facetas. La primera en de autovía. Con un ritmo de velocidad sostenido, algo fácil de conseguir con el control de velocidad con radar delantero, el SUV checo con tracción 4x4 y 150 CV tiene un consumo de 6,4 litros cada 100 kilómetros. Es una cifra muy reducida en un modelo de este tipo, y dice mucho de lo logrado que está el tren dinámico del coche. La autovía no supone ningún reto para el Karoq, que goza de una perfecta visibilidad y bajo nivel de ruido, así que es a partir de Motilla cuando nos enfrentamos a la antigua nacional, casi desierta en estos tiempos y que nos permite trazar muy bien sus amplias curvas. De allí, en menos de veinte kilómetros llegamos a Alarcón.

Historia y cultura

La localidad nos recibe con la Torre de Armas, y es que esta localidad amurallada fue siempre una atalaya relevante por su ubicación y su castillo, convertido ahora en Parador Nacional. Para entrar al pueblo se pasan dos pórticos de la muralla, lo que nos pone en escena para lo que vamos a encontrar: un conjunto de apenas veinte calles, muchas de ellas con pavimentos de adoquín en el que se dan cita tres grandes iglesias, el mencionado castillo-parador, una casa palaciega y la casa de la villa, completamente porticada. Sin duda una visita de fin de semana nos tendrá más que entretenidos, disfrutando de la gastronomía manchega: generosa en calorías, pero con gran disfrute para el paladar.

La entrada a la villa de Alarcón resulta cómoda desde la A-3 y Motilla del Palancar.
La entrada a la villa de Alarcón resulta cómoda desde la A-3 y Motilla del Palancar.

El Karoq muestra una buena disposición para viajar en familia: un interior amplio y cómodo en el que opciones como los soportes para móviles o tablets en la trasera, o la bandeja tipo avión con reposabotes, permite que niños y mayores viajen más entretenidos. El maletero es amplio, de apertura eléctrica y capacidad muy modulable, ya que los asientos traseros se pueden recorrer longitudinalmente, así que podemos tener más espacio aun contando con las cinco plazas, perfecto para un fin de semana, puente o hasta varios días en familia.

Una vez en Alarcón, no sólo ofrece la belleza de hallarse en una villa medieval. En su oficina de turismo podemos reservar una visita guiada a la localidad, y merece la pena tanto el castillo como la Iglesia de San Juan Bautista, donde están los murales de Alarcón, patrimonio de la Unesco.

También aventura

Si viajamos con niños, será el momento de buscar actividades físicas que les diviertan, y podemos realizar desde excursiones por la montaña con preciosas vistas al embalse como piragüismo en el pantano próximo, con las empresas que se dedican a este servicio en el mismo Alarcón.

Por las pistas forestales el Karoq se defiende muy bien aunque para este tipo de uso no instalaríamos la llantas de 19 pulgadas opcionales que lleva nuestra unidad de pruebas a favor de unas ruedas con las que sea más cómodo transitar por el monte. Si a ello sumáramos neumáticos de tipo mixto, este Karoq no tendría casi límites incluso en días lluviosos o con barro, aunque con las precauciones debidas.

Esta versión del Karoq tiene tracción total permanente y también un modo de conducción 'off-road' pensado para caminos, que permite mayores pérdidas de tracción antes de hacer actuar los sistemas de control de estabilidad. También tiene control de descenso para limitar la velocidad en bajada y varias cámaras para saber lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

Curvas y paisajes

No podemos rematar la visita sin conocer la gastronomía local. Hasta siete restaurantes y bares sin salir del pueblo nos permitirán satisfacer nuestra curiosidad por saber quién hace mejor los platos castellanos, así como los más tradicionales de nuestra gastronomía. En cuanto a alojamiento, al parador y los hoteles se suman cada vez más casas rurales, todas ellas muy cuidadas, y es que el síndrome del 'burn-out' -quemados con su trabajo- hace que muchos urbanitas dejen las grandes ciudades para conseguir una casa rural y disfrutar de una vida más tranquila y placentera.

Para volver a la A-3, en lugar de por Motilla, salimos por la carretera local que lleva a Tebar, lo que nos permite conocer tanto el pantano local con sus vistas como el dinamismo del Karoq en zonas de curvas más cerradas. Aunque no es un deportivo es un coche eficaz y preciso, sin grandes inercias y con buenos frenos, un conjunto casi perfecto para todo tipo de uso.

Lo cierto es que sólo podemos sacar una pega a este coche: que sea muy discreto, una cualidad de todos los modelos de la marca checa para pasar desapercibido y disfrutar de la calidad de las grandes marcas sin necesidad de ostentar un lujoso logotipo, sin duda una estrategia que funciona también en España, donde Skoda sigue creciendo en ventas en todos los segmentos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios