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REDACCIÓN MOTOR
Viernes, 9 de agosto 2019
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En ocasiones, nos encanta irnos a una gran tienda y comprar gran parte del equipamiento para un determinado deporte, simplemente por el hecho de ir a practicarlo por primera vez. Y ahí estamos, con todo un traje de esquí, o pantalones y botas para la montaña, o equipamiento de surf como para asistir un campeonato, pero eso no significa que seamos grandes expertos y, por tanto, hay que practicar cada deporte con cuidado.
Algo similar ocurre con los SUV. Nacieron como una evolución aventurera entre turismo y todo terreno, pero como se usan más, mucho más, en carretera que en el campo, la mayoría son de tracción delantera, las protecciones son más estéticas que prácticas y su única cualidad campestre es una mayor altura al suelo y, como en nuestro C5, un control de tracción para mejorar el agarre así que, aunque vayamos equipados, hay que andar con cuidado. Nuestro Citroën tiene una bonita pintura nacarada a la que no le gustan las rayas que puedan hacer las ramas, la altura al suelo no es mucha, de unos 19 centímetros y, ya metidos en caminos, hay que andar con precaución, y esto se hace con velocidad moderada y buena letra. Las llantas parecen robustas y pueden aguantar los golpes de los grandes baches, pero los neumáticos de asfalto no se llevan bien con las grandes piedras, así que es mejor no llevar un rimo 'de carreras'.
Es un coche para disfrutar de la naturaleza con gran confort, y allá donde vayamos podremos llevar con nosotros picnic para varios días, gracias al gran maletero. Terminada la excursión, con un manguerazo el coche queda como nuevo y... a por la siguiente aventura. Entre las ventajas, un motor que hace poco ruido y un cambio automático que hace que nos olvidemos del pedal del embrague. Las levas en el volante sirven para afrontar las bajadas más difíciles -aunque hay control de descenso- y, si conectamos el control de tracción, el coche no aplicará los frenos al primer patinamiento, mejorando el trabajo de la mecánica.
En resumen, el C5 Aircross cumple como aventurero tanto como nosotros en una sesión de hípica. Al principio nos costará un poco, pero una vez cogido el truco y siempre que no hagamos un concurso de saltos, disfrutaremos del paseo... justo lo que ocurre con la mayoría de los SUV.
La ventaja es que, mientras llegamos a esa excursión, sea lo lejos que esté, el C5 nos premiará con un gran confort a bordo, un amplio equipamiento, razonable consumo y un precio competitivo que parte de los 19.500 euros hasta los más de 32.000 de un tope de gama como el nuestro, vestido a todo lujo para un gran confort en el día a día.
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