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Las cuatro mujeres que han hecho del vino el centro de sus vidas. José Iglesias
Las mujeres y el vino

Las mujeres y el vino

ENCUENTRO EN XÀBIA

José Iglesias

Jueves, 1 de enero 1970

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Mara Bañó, Cristina Rodríguez, Margherita Saretto y Graciela Pena, cuatro mujeres emprendedoras de la Marina Alta que han puesto el ojo en los asuntos del vino y que están conquistando parcelas reservadas hasta la fecha a hombres, o por lo menos, es lo que parece. Porque como explicó Graciela Pena, cada vez hay más mujeres detrás de las grandes marcas y consejos reguladores.Los encuentros de emprendedores junto al mar organizados por la Agencia de Desarrollo Local de Xàbia denominados 'Beachworking' reunió a estas cuatro empresarias en la Casa del Vino. Tras una cata de interesantes caldos, entre ellos dos que elaborados por las ponentes M. de Alejandría y Les Freses, cada mujer explicó su trayectoria emprendedora en la Marina Alta con el vino como protagonista.

Graciela Pena es enóloga y sumiller y tiene una empresa de asesoramiento, formación y promoción sobre la gestión y venta del vino para establecimientos de hostelería. Graciela observó que la mayoría de restauradores no tenían una buena formación para ofertar vinos y fundó Vino Vitaro, una consultoría de vinos que asesora y realiza selecciones de vinos para acompañar las especialidades gastronómicas de cada casa, siempre sin dejarse influenciar por las DO o marcas comerciales.Por su parte Margherita Saretto es también sumiller y regenta el restaurante 'Tal i Tal' en el centro histórico de Xàbia. Es de origen italiana y creció entre viñas, por lo que cree en la cultura que crea el vino y que es la mejor forma de conocer, dar a conocer y amar el territorio donde uno vive.

Descubrir la historia del lugar en el que te encuentras es muy posible con una sola botella de vino si conoces todo el proceso y la filosofía que lleva detrás desde su elaboración hasta llegar a la copa.Mara Baño es la viticultura que creó la bodega Les Freses en Jesús Pobre. Una joven productora que en tan solo dos años ha pasado de producir 8.000 botellas a 18.000 en esta reciente cosecha. Mara aseguró que la apuesta por la calidad en los vinos que fabrica es un trabajo muy duro y depende de muchos factores para sacarle rendimiento.

De las 14.000 hectáreas previstas de cultivo, en la actualidad sólo tiene vides productivas en la mitad de ellas.Finalmente Cristina Rodríguez presentó su proyecto de vino de hielo M de Alejandría que desarrolla en Teulada. Un caldo de gran calidad, único, que quiere defender un producto de la Marina Alta como es el moscatel de Alejandría aferrado a la historia de la esta tierra y, también, a su vida personal. Las vides se cultivan en tan solo una hectárea de un terreno familiar, por lo que la producción es muy limitada y, a la vez, de una gran excelencia. Cuatro mujeres, cuatro experiencias vitales con el vino como referencias.

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