Moros y Cristianos visten de gala Dénia

Un año más, el gran desfile de gala de ls fiestas de Moros y Cristianos de Dénia cautivó a unas 20.000 personas. Ni un alfiler cabía en la calle Marqués de Campo para ver desfilar a las 16 filaes y los dos boatos de las capitanas, la cristiana, Mozárabes, y a la del bando moro, Berebers Tuaregs. No escatimaron para ofrecer un espectáculo lleno de música y color.

Tampoco se cicateó con la seguridad de la cita, un total de 17 efectivos de la Policía Nacional estuvieron vigilando el recorrido por el que discurrieron durante más de tres horas los festeros.

Sin perder el paso marcado por las bandas de música, «el 'parram' siempre a la izquierda, como mandan los cánones», las 16 filaes, ocho por el bando cristiano y otras tantas por el moro, hicieron las delicias del público.

Tras la avanzadilla de Almogàvers, Creuats, Deniers, Marins Corsaris, Guerrers Hospitalaris, Templaris y Cavallers, una banda de percusión se llevó una gran ovación. Sus ritmos endiablados, que sirvieron como preludio a la capitanía cristiana, hicieron levantarse a más de uno de la silla para aplaudir eufóricamente.

Después llegó el boato de los Mozárabes, quienes desplegaron sus tropas dirigidas al ritmo de la marchas cristianas y acompañadas de los hipnotizantes bailes del ballet de Maria José Signes. Les seguían la abanderada de la filà, Paqui Fernández Garcia y el capitán, Vicente Correcher Gómez. Éste último recorrió las calles de la localidad subido en una inmensa carroza con tres desafiantes leones sus pies y custodiado con un caballero a lomos de un enorme caballo.

A la filà Mozárabes les dieron la réplica las diferentes filaes moras. Con un paso mucho más pausado, como dictan las notas musicales, los Piratas abrieron esta segunda parte del desfile. Les siguieron, sin prisa pero sin pausa, Abencerrajes, Amiries, Almoravides, Alkamar, Walies y Amazigh. La velada la cerraron los capitanes Berebers Tuareg con un nuevo boato.

Este último tramo del desfile arrancó con un pequeño grupo de actores que protagonizaron una escena de lucha de espadas entre contendientes de ambos bandos, en el que finalmente ganaban los de la filà Bereber. Tras ellos una primera escuadra.

La nota exótica la dieron los diferentes animales, cabras, mulas y dromedarios hicieron las delicias, especialmente de los más pequeños. Les siguieron otro espectáculo protagonizado por un nuevo ballet. De nuevo los delicados movimientos del grupo de bailarinas de la Escuela de Danza Cuqui Ivars arrancaron los aplausos de un público entregado.

Tras otra colorida escuadra compuesta por mujeres, llegó el apoteósico final con la carroza del boato, un pequeño palacete en el que destacaban de forma majestuosa la abanderada Antonia Bolufer Prades y el capitán moro Miquel Asunción. Tras ellos la última de las escuadras acompañada por la banda de música de Dénia que siempre cierra el espectáculo.

Otro municipio que vibró ayer con estas fiestas fue El Verger, que celebró su esperada entrada de Moros y Cristianos.

En esta localidad los boatos recayeron en la filà mora Almorávides y los Almogàvers del bando cristiano. Antes del desfile tuvo lugar la entrada de bandes y colles en la que participaron las asociaciones musicales posteriormente pusieron la banda sonara al desfile.