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Una de las céntricas calles de Benimeli, uno de los cinco municipios que forman la Rectoría. B. Ortolà
Unos ladrones roban en 40 viviendas de la Rectoría durante las últimas semanas

Unos ladrones roban en 40 viviendas de la Rectoría durante las últimas semanas

Los cacos aprovechan la ausencia de los dueños de las casas para actuar y estos han creado grupos de WhatsApp para mantenerse alerta

B. ORTOLÀ

BENIMELI.

Viernes, 19 de enero 2018, 00:16

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Los vecinos de la Rectoría están preocupados por la oleada de robos que están sufriendo en los últimos meses, cerca de cuarenta, la semana pasada hubo uno en Benimeli, dos en Sanet i Negrals y dos más en el Ràfol d'Almúnia.

La peor parte se la lleva Benimeli, un pueblo de cerca de 400 habitantes donde ya se han denunciado cerca de veinte robos. La mayoría, explican, se producen en las zonas más alejadas del centro de la localidad, en viviendas que lindan con huertos «porque les es más fácil entrar sin ser vistos», apuntan.

Según explica el alcalde del municipio, José Lull, el 'modus operandi' se repite casi siempre. Entran cuando no hay gente, habitualmente a última hora de la tarde. Aunque algunos vecinos confirman que ya ha habido algunos casos en los que los cacos han actuado a plena luz del día. «Aprovechan cualquier momento en el que no estés en casa para entrar, además lo hacen en poco tiempo», remarcan.

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Muchos están convencidos que los ladrones están vigilando continuamente, e incluso algunos creen que hay alguien que conoce a la gente del pueblo ya que «de otra forma es imposible que sepan cuándo y dónde actuar». Apoyan su teoría en algunos casos, pues «en una casa entraron cuando la hija había recibido dinero como regalo por la comunión» y más recientemente otros incidentes en los que a los más pequeños se les habían dado el aguinaldo de Navidad, y «eso es mucha casualidad», señalan.

La situación está alterando la tranquilidad de los vecinos y ha aumentando las suspicacias. A pesar de que algunos tienen sus sospechas sobre quién puede ser el autor, de momento nadie ha dado ningún nombre. También han creado un grupo de WhatsApp para alertar sobre desconocidos que merodean las calles, «a llegado un punto en el que no nos fiamos de nadie». Algunos aseguran que el miedo ha llegado hasta tal extremo que algunas familias deciden hacer turnos para que en casa siempre haya alguien.

En el municipio de Sanet i Negrals la cifra de robos supera ya la quincena. Según explica el primer edil, Ximo Gavilà, «empezaron el pasado verano en casetas de campo, pero en las últimas semanas se han registrado varios en casas del municipio». El propio munícipe fue víctima de uno de estos robos. Según relata, «entraron en una caseta de campo en la que veraneamos, aprovecharon un par de horas en las que salimos de casa y cuando volvimos estaba todo revuelto».

Los amigos de lo ajeno lo han intentado incluso en el hogar del pensionista. Gavilà confirma que los vecinos del municipio también cuentan con un grupo de WhatsApp para estar alerta en todo momento.

En el Ràfol d'Almúnia las cifras son menores, pero ya empiezan a preocupar a sus vecinos. El problema, comenta el alcalde de la localidad, Josep Rovira, «es que la Mancomunidad depende de la Guardia Civil de El Verger, por lo que estamos indefensos ante el creciente número de robos».

Los tres alcaldes coinciden en afirmar que el presupuesto que manejan los municipios de la Rectoría no les permite contar con policía local u otro tipo de agentes de seguridad que vigilen los núcleos urbanos.

En la última reunión de la Mancomunidad, pusieron el tema sobre la mesa y salieron algunas propuestas para intentar solucionar el problema. Una de ellas fue remitir a la subdelegación del Gobierno en Alicante una solicitud para que habilite unas plazas de policía local en la zona, aunque creen que es «difícil que pueda llevarse a cabo la propuesta».

Otra de las alternativas que barajan es pedir que algunos efectivos de municipios colindantes a la Rectoría puedan dedicar parte de su tiempo a la zona, «aunque podría suponer el aumento de sus plantillas y puede que tampoco fuese factible», matizan.

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