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Shurna estará dos meses de baja y la plantilla realiza la conjura de la habitación 327

El doctor Pérez del Valle opera al americano de la fractura en el húmero y el jugador contagia a sus compañeros con un positivismo intacto

J. C. VILLENA

Miércoles, 8 de junio 2016, 21:51

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valencia. La visita que ayer por la tarde realizó la plantilla del Valencia Basket a la habitación 327 del Hospital Intermutual de Levante sirvió más de terapia para los sanos que para el enfermo. Los jugadores quedaron admirados por la actitud de un John Shurna al que conocen bien, pero que sigue sorprendiéndoles para bien con cada contratiempo. El americano con pasaporte lituano recibió a sus compañeros con la alegría de un niño pequeño que vuelve a ver a sus amigos después de un susto tremendo. Ni siquiera las largas y dolorosas horas que le llevaron desde el parquet de la Fonteta al centro médico, previo paso por la Clínica Quirón donde le hicieron las primeras pruebas para ser operado ayer por la mañana, le hicieron mella. La conjura de la tercera planta fue la inyección de adrenalina para forzar el quinto partido ante el Real Madrid. Tal y como confirmó este periódico en el hospital, el equipo médico quedó maravillado con la predisposición de Shurna y la forma con la que afrontó su particular accidente de trabajo.

El doctor José Ramón Pérez del Valle, un reputado traumatólogo especialista en este tipo de lesiones, dirigió una operación que fue calificada como «éxito» tras la salida de quirófano. Shurna llegó con una fractura con desplazamiento en el húmero derecho, el hueso que une el codo con el hombro, en su tercio medio. Algo que resultó el único alivio en una noche de susto, puesto que este tipo de fracturas son mucho más peligrosas si se producen cercanas a cualquiera de las dos articulaciones. En el caso del jugador del Valencia Basket, la rotura no afectaba a ninguna parte sensible y se estabilizó con una fijación intramedular. Aunque en este tipo de intervenciones el tiempo de recuperación depende de muchos factores, su condición de jugador de baloncesto y que sea su mano de tiro no es una ayuda, se estima una baja de al menos dos meses. Teniendo en cuenta que la lesión se produjo el 7 de junio, si se cumplen los plazos no debería tener ningún problema en comenzar el trabajo de pretemporada en la segunda quincena de agosto en cualquiera que sea su destino la próxima campaña.

Una de las primeras visitas que recibió el martes por la noche fue la de Chechu Mulero. El director deportivo, evidentemente, no le sacó el tema de su renovación pero sí que le transmitió que estuviera tranquilo y que tan sólo se preocupara en recuperarse. La decisión con Shurna será deportiva y la valoración sobre su trabajo era muy positiva antes de la desgraciada acción con Maciulis. Antes de esa jugada, el ala-pívot tenía muchas papeletas para renovar. Siguen intactas.

La lesión de Shurna dejó varias imágenes para el recuerdo, desde el silencio al descanso cuando toda la plantilla supo el crudo desenlace hasta el 'enfermero' en prácticas que encontró en su compañero Luke Sikma. El americano no dudó en montarse en la ambulancia que trasladó a Shurna desde la Clínica Quirón hasta el Intermutual. Esa misma noche, Carles Durán, Hamilton o Van Rossom también se acercaron. Otros compañeros como Dubljevic le hicieron ayer una doble visita, la de grupo y una individual por la mañana. Si no hay ningún contratiempo podría recibir hoy el alta.

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