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Edinaldo Gomes 'Naldo' disputa un balón con el jugador del Levante UD José Luis Morales. EFE

La penitencia del que no sabe defender

El Levante salva un punto en otro partido clave que pudo acabar en desastre

MOISÉS RODRÍGUEZ

Valencia

Domingo, 21 de abril 2019

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El Levante UD recibe al RCD Espanyol para el partido correspondiente a la jornada 33 de LaLiga Santander, a las 12 horas en el Ciutat de València.

A seis jornadas del final de la temporada el conjunto granota no pasa por su mejor momento. Es decimosexto con 33 puntos y está a solo dos de los puestos de descenso. Ganar no es una opción, es una auténtica necesidad.

Once del técnico local, Paco López: Aitor Fernández, Chema Rodríguez, Róber Pier, Rubén Vezo, Rochina, Campaña, Jason, Toño García, Bardhi, Morales y Mayoral

Once del entrenador visitante, Rubi: Diego López, J. López, Naldo, Hermoso, Pedrosa, Víctor Sánchez, M. Roca, Darder, Melendo, Puado y Borja Iglesias.

Sigue minuto a minuto el partido de LaLiga en lasprovincias.es.

Obligados a regresar al inicio del efecto Paco López

Por Moises Rodríguez

Cuando el 4 de marzo de 2018 Baptistao apuntilló a Muñiz pocos sospechaban que se iniciaba una etapa ilusionante entre el levantinismo. Con el equipo al borde de los puestos de descenso -aún no ha caído en ellos desde su regreso a Primera-, Paco López tomó las riendas. El entrenador de Silla hizo oídos sordos a quienes recelaban de él por su nula experiencia en la élite, consiguió la salvación de forma holgada y durante muchos meses ha enamorado a la grada con su fútbol atrevido. Hasta que se han torcido las cosas y el Levante ha vuelto prácticamente al lugar donde lo dejó Muñiz en vísperas de Fallas del año pasado tras un partido ante el Espanyol.

Aquel día, cuando ya se sabía destituido, Muñiz pronunció una frase profética. «Esto lo arregla una victoria», deslizó el asturiano con una sonrisa mientras se subía a su coche para abandonar el estadio tras más de una hora reunido con la directiva. Una racha de 15 jornadas sin ganar habían sido una losa demasiado pesada para el entrenador que devolvió al Levante a Primera.

Paco López tomó las riendas en un momento complicado y comió la cabeza a los futbolistas. Con casi toda la segunda vuelta por delante, el equipo se salvó y le faltaron partidos para meterse en la lucha por Europa. Aún iniciada esta Liga, el de Silla era el entrenador con mejor promedio de victorias del Levante en Primera. Hasta que, coincidencias del fútbol, todo empezó a torcerse tras el dislate del caso Chumi. Después de aquello, al equipo le entraron las dudas, al VAR también y para postre se dio otro escándalo como fue la entrada en prisión de Toño.

El resultado, una plantilla que se ha convertido en un flan, que encaja goles con que el rival sople y a la que le cuesta un universo ganar un partido. Sólo acumula dos victorias en Liga en lo que va de año: 2-0 en casa contra el Valladolid y 1-4 en Vigo. Ya ha llovido de eso: ocurrió el 14 de febrero, hace más de dos meses y desde entonces los granotas han disputado ocho partidos con desenlaces de todos los colores. Cierto que la tecnología ha perjudicado, pero también se han perdido puntos por recibir tantos demasiado pronto, por no saber mantener el resultado y por demostrar demasiada ansiedad.

Todos esos males debe corregirlos el Levante en este sprint final de seis partidos, cuatro de ellos en casa. «Tenemos claro que debemos poner el esfuerzo en nuestro juego y no mirar a los rivales porque dependemos de nuestro trabajo. Nos quedan cuatro partidos en casa, ahora dos seguidos, y trataremos de ganarlos», subrayó ayer Paco López, que convocó ayer a toda la plantilla, incluidos los tres porteros, y hoy hará cuatro descartes.

Da la sensación de que el principal problema es ese: el de guarnecer el marco que, previsiblemente, hoy volverá a defender Aitor Fernández. En el derbi, el vasco no consiguió mantener ni dos minutos su portería a cero. En Bilbao llegó a cinco. El Levante lleva diez jornadas sin poner el cerrojo. Encontrar la llave sería también clave para obtener credenciales en la lucha por la permanencia en la que se ha montado un verdadero atasco.

Con el Girona -al que hay que visitar- metido en el ajo, ganar hoy al Espanyol se antoja imprescindible. Esta vez, no sólo para salvar el cuello de un técnico sino de todo un proyecto. Hay que dejar de lado la ansiedad, resetear, lograr la victoria como sea y reiniciar la era Paco López.

En unas fechas como estas, es muy recurrente titular por penitencias o via crucis. Pero es que le viene que ni pintado a la situación que vive el Levante. Plantilla en teoría diseñada para no sufrir, que parecía encaminada a un final de temporada plácido, se ha metido en el fango por sus pecados. Y todos ellos cerca del área propia. Los errores de todos los colores -«cada vez llega de una manera, pero lo estamos trabajando», llegó a deslizar Paco López en una frase que transmitía cierto desasosiego- han penalizado al equipo azulgrana más que el VAR. La ruleta rusa en que se convirtió el desenlace del partido contra el Espanyol pudo ser muy atractiva para el aficionado medio al fútbol, pero taquicárdica para la grada granota. Hay dos lecturas positivas, las únicas: que también se tiene facilidad para marcar y que hay otros rivales (Girona, Celta, Villarreal y Valladolid) con la misma hemorragia que el Levante.

El problema del equipo valenciano es que no sabe defender o, al menos, es incapaz de demostrarlo en los partidos. Así de simple. Los datos no engañan. Goles en contra nada más empezar (Athletic, Valencia y ayer mismo) o justo después de haber marcado un tanto (en San Mamés y de nuevo ayer) son la evidencia de la gangrena que ha abocado a este Levante a luchar por la permanencia. A unas arenas movedizas que van a asfixiar a tres equipos -Rayo y Huesca apenas asoman aún la nariz y una mano- y donde ya va a resultar más decisiva la fortuna que los méritos deportivos.

«Aún se pueden trabajar cosas, estamos en ello», afirmaba ayer Paco López cuando se le preguntaba por esos fallos que tanto han penalizado al Levante. Pero lo cierto es que, sin ir más lejos, al técnico de Silla le quedan dos sesiones (la de recuperación de hoy y la de mañana) antes de recibir al Betis, y otras tres para tener que rendir visita nada menos que al Barcelona. Probablemente los de Valverde tengan marcada esa fecha para cantar el alirón y sea el día con menos opciones para los granotas. Quién sabe.

En la sesión de vídeo sin duda hay que poner el 0-1, que viene de una acción ofensiva del Levante, pérdida y contragolpe rápido. Al equipo se la han hecho varias veces esta temporada. Por ejemplo, con distinta ejecución pero mismo desenlace catastróf ico, ya sucedió en Butarque. A la medular le cuesta contener una salida veloz de los contrincantes, básicamente porque esta plantilla no tiene nada parecido a Lerma. O al menos, porque lo que se fichó para ese cometido (Vukcevic, o eso se dijo), ni está ni se le espera. Campaña se halla entre los líderes en recuperaciones de la Liga, pero se desenvuelve mejor con la batuta que con la escoba. Rochina, más de lo mismo, y Bardhi no encuentra su mejor versión.

Si Darder recibe el balón libre, en carrera y con metros para pensar, lógico que la ponga al pie de Borja Iglesias que, con un mínimo de inspiración está más que capacitado para romper a Vezo y soltar un latigazo para batir a Aitor. La película, con distintos protagonistas, es una serie B de terror que ya se conoce demasiado bien el levantinismo en los últimos meses. Nueve jornadas sin ganar lo atestiguan.

Lo peor de todo es que tras ese tanto al Levante le entró el tembleque. El 0-1 le dejó noqueado y el Espanyol pudo desangrarle. Marc Roca marcó un golazo al borde del descanso, de nuevo en una acción en la que el Levante no sacó el balón del área con contundencia y de que este le rebotase en la mano en la pugna con Chema. Gil Manzano tuvo que acudir a la pantalla para tomar una decisión que, para alivio de la grada, fue anular el tanto.

Los primeros minutos de la segunda mitad fueron desastrosos. El equipo fue presa de la ansiedad, parecía no dar pie con bola y el chaval Puado también pudo poner la puntilla. Orriols se desesperaba, pitaba... y entonces llegó el salvavidas en forma de falta botada por Campaña con la escuadra y el cartabón para que Vezo hiciese su primer tanto desde que viste de granota.

Lo más complicado parecía hecho. Como en San Mamés o en Mestalla. Tras pasarlo mal y tener un resultado en contra peor, el equipo reaccionaba cuando menos lo merecía. Y a las primeras de cambio, otro tortazo. En un córner despejado regular, segundo balón al área que sólo tocaron jugadores del Espanyol y en el que apareció Marc Roca para incrustarlo en la red. Gil Manzano de nuevo escuchó lo que le decían desde el VAR, por si el fuera de juego posicional de Borja Iglesias podía ser causa de anulación, pero es que el delantero no intervino en ningún momento.

En este via crucis defensivo, lo que puede servir para que el Levante expíe sus pecados y logre la redención es su casta. El orgullo y la actitud de un equipo que reacciona tarde, cuando va a remolque, pero que jamás deja de creer. El 1-2 llegó ya con Roger en el césped y con Morales en banda, fuera de la posición de delantero centro.

Desde entonces, el equipo funcionó mejor, incluso cuando estuvo con diez. Rochina hizo el empate con otro gran disparo desde la media distancia y a renglón seguido sufrió otra expulsión -van dos esta temporada- que pudo evitar con unas revoluciones menos. En el último cuarto de hora, más que un tormento el partido fue un correcalle.

Se jugó con el corazón y en eso pocos le ganan al Levante. Pudo vencer con un remate de Roger tras una gran acción de Jason -hay que reconocerlo, que esto se trata de fútbol profesional, fue quizás el mejor- y en otra de Bardhi en el último minuto. También estuvo a punto de perder en el disparo de Hernán Pérez al poste. Con ese cuarto de hora, el equipo reconquistó a la grada. Va a ser necesaria esa comunión para salir con vida del barro.

Levante

Aitor Fernández, Jason, Vezo, Rober Pier, Chema (Coke, m.65), Toño (Roger, m.61), Rochina, Campaña, Bardhi, Borja Mayoral (Pedro López, m.77) y Morales.

2

-

2

Espanyol

Diego López, Javi López, Naldo, Hermoso, Pedrosa, Melendo, Víctor Sánchez (Hernán Pérez, m.80), Marc Roca, Darder (Álex López, m.80), Borja Iglesias y Puado (Sergio García, m.83).

  • GOLES: 0-1, m.16: Borja Iglesias. 1-1, m.62: Vezo. 1-2, m.65: Marc Roca. 2-2, m.72: Rochina.

  • ÁRBITRO: Gil Manzano (comité extremeño). Amonestó por el Levante a Morales y por el Espanyol a Víctor Sánchez. Expulsó al jugador local Rochina por acumulación de amonestaciones (m.74)

  • INCIDENCIAS: partido disputado en el Ciutat de València ante 17.876 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por José María Vall, exjugador del Levante y del Espanyol en la década de los sesenta.

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