Etta Eyong, en el último partido en el Ciutat de Valencia. EP

El descubridor de Etta Eyong

El actual delantero del Levante es una de las grandes sensaciones de LaLiga, pero tiene en Alberto Cifuentes al hombre que lanzó su carrera en el filial del Cádiz con un cambio de posición

Eric Martín

Valencia

Martes, 4 de noviembre 2025, 10:49

El levantinismo ha encontrado en la figura de Etta Eyong a su último ídolo por excelencia, con permiso de un Carlos Álvarez que sigue siendo ... determinante también en primera división. Son cinco goles en ocho partidos defendiendo la zamarra azulgrana, a un promedio por encima de un tanto cada dos jornadas. En el último volvió a rondarlo, con un penalti desaprovechado que estrelló contra la madera y una tijereta que el guardameta Radu logró desviar a córner. Pero para llegar hasta aquí, todo tiene un comienzo. Y Etta Eyong puede estar muy agradecido a Alberto Cifuentes, quien fue su descubridor y supo potenciar su fútbol.

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Porque actualmente en LaLiga se disfruta de un goleador nato, que parece tener patentada esa palabra, pero hasta hace no mucho no era así. El futbolista camerunés actuaba como mediocentro. Con su portento físico y buen manejo con el balón, podía ejercer como destructor o constructor desde la medular. No obstante, en el filial del Cádiz se dio ese cambio. Cifuentes, el que fuera jugador del Mallorca, Real Murcia o el mismo Cádiz, entre otros muchos, consideraba que aún se le podía explotar mucho más talento si se le avanzaba unos metros, situándolo al frente del ataque. Y no se equivocó.

Desde que Etta Eyong se reconvirtió en un '9' y depredador del área, no han parado de llover los goles. El Villarreal, como un auténtico cazatalentos, pronto le echó el lazo. Y en apenas unos pocos meses ha pasado de competir en Primera RFEF con el filial groguet a hacerlo en la élite y ser objeto de deseo por distintas potencias del panorama continental, entre ellos el Barça.

Entre su círculo más cercano, el futbolista africano no deja de mostrarse agradecido a toda esa gente que ha venido confiando en él a lo largo de las últimas temporadas, pero sobre todo al ya citado Alberto Cifuentes, su particular padrino futbolístico. Ahora, mientras Etta Eyong se reivindica en Orriols, Cifuentes vive uno de los desengaños de este deporte, costándole la destitución como entrenador de la UD Melilla, a donde había llegado procedente del plantel gaditano.

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