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Miércoles, 13 de diciembre 2017, 00:44
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El Levante encara la Navidad con preocupación por la situación deportiva del equipo. Una tensión que se vio reflejada ayer durante la tradicional comida oficial previa a las fiestas, que se celebró en un restaurante de la playa de la Patacona. Después del brindis y el ágape, el presidente del club, Quico Catalán, y el entrenador, Juan Ramón López Muñiz, salieron del establecimiento para dialogar de forma privada durante más de 20 minutos. Hay que enderezar el rumbo. La tendencia del conjunto granota resulta peligrosa y urge una reacción.
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