Secciones
Servicios
Destacamos
M. RODRÍGUEZ
VALENCIA.
Sábado, 29 de septiembre 2018, 00:35
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
«Haber aguantado un poco más ese gol habría cambiado el partido». Esta era una de las reflexiones de Postigo a pie de avión, aún en Valladolid, el jueves por la noche. El central había logrado un tanto que parecía contrarrestar la peor primera parte de la era Paco López en el Levante. Pero la alegría apenas duró tres minutos, los que tardaron Enes Ünal y Cop en imponerse por arriba dentro del área para remachar el empate. A renglón seguido se completó el desastre con la roja a Vukcevic y el 2-1.
«Cuando estás haciendo un mal partido y te pones por delante, eso te da un empujón anímico. El empate supone un golpe y te da un bajón. Luego llega el 2-1, que fue más acierto que error, tuvimos la mala suerte de que les salió la jugada perfecta», argumentó Postigo. Pero sea cuestión de la fortuna o no, lo cierto es que el equipo ya ha desaprovechado varias veces en lo que va de liga el factor anímico a favor que implica marcar un gol.
Le sucedió por primera vez en el derbi, donde el subidón del 1-0 duró los tres minutos que tardó en empatar Cheryshev. Poco más de un cuarto de hora de felicidad disfrutó la grada de Orriols desde que Roger marcó el 2-1 hasta que Toño cometió el absurdo penalti que supuso el 2-2 y que le ha relegado desde entonces a la suplencia. Contra el Sevilla, tras el 0-1 se reaccionó, pero sólo pasaron nueve minutos hasta el primer error de Oier del que se aprovechó Carriço para el 1-2.
Lo del jueves en Pucela, por lo tanto, fue llover sobre mojado. «No intento buscar excusas, el Valladolid ha sido mejor, pero creo que la gente debe estar tranquila porque quedan 32 partidos», defendió Postigo. «El año pasado íbamos bastante peor y acabamos completando una buena temporada. Tenemos que seguir trabajando y cambiar esa dinámica», añadió.
Este era el discurso generalizado en la expedición en el viaje de regreso. Futbolistas, cuerpo técnico y directivos mostraban rostros de preocupación pero se subrayaba que el equipo atraviesa una mala racha. Que hay errores por corregir y que el calendario ofrece mañana mismo una nueva oportunidad con el partido ante el Alavés.
Uno de los más serios era el entrenador, Paco López, que se sentó solo con semblante reflexivo en la sala de espera del aeropuerto. Al rato se le acercó el presidente, Quico Catalán. Ambos estuvieron charlando unos minutos, hasta el punto que fueron los últimos en embarcar en el avión del equipo. Quizás entre las cosas a corregir esté el elevado número de centros laterales al área que permite el equipo. Esto sucedió en Valladolid y, de hecho, el 1-1 llegó así. «Hemos defendido bien esas situaciones, a lo mejor tenemos que intentar que no se produzcan. Al final es estadística, si te llegan muchas veces es más fácil que encajes ese gol», apuntó Postigo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.