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Jean Castex. Afp

Macron apuesta por la renovación para el final de su mandato

El presidente francés releva a Philippe por el moderado Castex para revinventarse en los dos últimos años de su legislatura

paula rosas

París

Viernes, 3 de julio 2020, 10:16

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Cambia la tripulación y el viento, pero se mantiene el rumbo. Emmanuel Macron inauguró este viernes la fase final de su mandato con el nombramiento de otro conservador moderado, el casi desconocido Jean Castex, para relevar a Édouard Philippe después de tres años al frente del Ejecutivo. Tras la debacle electoral de las municipales y ante los retos que impone la crisis del coronavirus, el presidente se ha visto obligado a hacer cambios que permitan aplicar una nueva política más social y ecologista. Pero Macron no ha querido renunciar tampoco a la continuidad que tranquiliza a su base electoral. Renovación, pero no revolución.

«Una nueva etapa del quinquenio se abre», dictada por un contexto nuevo y difícil que lleva a un cambio de prioridades y de métodos, dijo Castex al asumir el cargo. Su prioridad, aseguró, será «reunir a la nación para luchar contra esta crisis». Pero el calado de este giro no se conocerá hasta los próximos días, cuando empiecen a filtrarse los nombres de los nuevos ministros, entre los que suenan figuras del mundo ecologista y la sociedad civil. Castex, conocido por los franceses como 'Monsieur Desconfinamiento' por su encargo de pilotar la desescalada, no encarna en sí el «giro verde» que esperaban algunos.

Los pésimos resultados en las elecciones municipales, donde no ha conseguido el anclaje local que buscaba, han precipitado el cambio. El nuevo primer ministro, alcalde de un pequeño pueblo al pie de los Pirineos, será sin duda una buena carta de presentación para la nueva política que busca emprender el presidente, más descentralizada y menos focalizada en las grandes ciudades, pecado original del macronismo.

Macron se resiste a renunciar a las grandes reformas previstas para su mandato, como la del sistema de pensiones, pero también quiere abrir una nueva etapa marcada por los retos que plantea la crisis del coronavirus, que obligarán a emprender una política social que mitigue sus efectos.

De crisis en crisis

Philippe deja el cargo en un momento de gran popularidad, después de tres años al frente de un Gobierno que ha sufrido no pocos envites, desde la crisis de los 'chalecos amarillos', las grandes manifestaciones contra las distintas reformas emprendidas por el Ejecutivo y, más recientemente, la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas. El flemático primer ministro ha sabido maniobrar con destreza los retos, a pesar de haber hecho no pocas veces de pantalla de golpes para el presidente Macron, algo que, por otra parte, se presupone de su cargo.

A pesar de ello, Philippe sale del Ejecutivo reforzado, como demostró este viernes la enorme ovación con la que su equipo lo despidió en el palacio de Matignon, la sede del Gobierno. Con su estilo calmado y su pose flemática ha sabido transmitir seguridad en un momento de inquietud y zozobra como ha sido la pandemia, a pesar de los graves fallos de preparación y gestión que ha cometido el Ejecutivo y que ahora investiga una comisión en la Asamblea Nacional. Su popularidad se ha disparado dieciséis puntos durante la crisis sanitaria, hasta estabilizarse en el 49%, diez puntos más que Macron.

Philippe pone ahora rumbo a Le Havre, su ciudad, donde ha sido elegido alcalde con una cómoda mayoría y en la que algunos apuntan que podría aguardar su momento para dar el salto a la presidencia. No sería, no obstante, en 2022. La lealtad que ha demostrado en estos tres años a Macron se lo impide.

Buena sintonía

En el Elíseo han insistido siempre en la buena sintonía entre los dos y este viernes a presidencia aseguraba que el encuentro entre Macron y su ya exprimer ministro había sido «cálido y amistoso», que el presidente había agradecido a Philippe el trabajo de estos tres años, que se ha llevado a cabo «de forma común y en confianza, en una perfecta lealtad».

La remodelación tiene varias lecturas. Por una parte, Macron había prometido un giro más social y verde a su mandato. Convencer a los franceses de que empieza una nueva fase con el mismo hombre a las riendas del Gobierno era, cuanto menos, complicado. Philippe ya había dejado claro, además, que «el presidente sabe lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer». Las medidas expansivas que necesitará este cambio de rumbo chocan con los valores de disciplina fiscal y control de la deuda a los que es fiel Philippe.

Sus críticos ven, sin embargo, otros planes en la decisión de Macron, y consideran que el cambio tiene un único objetivo: la reelección en 2022. Al quitar de en medio a Philippe, el presidente elimina a uno de los pocos que podría hacerle sombra. Pero al reemplazarlo con una persona de perfil parecido, Macron se asegura de que el electorado de derechas, que ya confió en él en las pasadas elecciones y que está huérfano de figuras en ese espacio del hemiciclo, no se va a ir muy lejos.

Por otra parte, con Castex, que tiene un perfil más técnico que Philippe y es poco conocido por los franceses –como ocurrió en 2017 con el de Le Havre–, Macron se asegura un brazo ejecutor que tendrá más difícil restarle brillo. Tanto a derecha como a izquierda, la oposición denunciaba ayer un intento de Macron de concentrar todo el poder ejecutivo en el Elíseo para convertirse en el «presidente jupiterino» que desde sus comienzos confesó querer ser.

Investigación por la pandemia

El fiscal general francés, François Molins, anunció ayer una investigación judicial sobre la gestión de la crisis del coronavirus contra Edouard Philippe, Olivier Véran y Agnès Buzyn, que formaron parte del Gobierno.

La comisión de instrucción de la Corte de Justicia de la República, con competencias para juzgar crímenes y delitos de miembros del Ejecutivo, será la encargada del caso.

De las noventa denuncias interpuestas, Molins ha decidido aceptar 9 de las 53 examinadas contra varios miembros del Gabinete de Macron. Fueron presentadas por ciudadanos, médicos y asociaciones por cargos como poner en peligro la vida de otros, homicidio involuntario, abandonar a personas en peligro o no haber tomado las medidas para frenar la pandemia.

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