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Activistas pertenecientes al Bloque Negro se enfrentan a la Policía en una calle de París. EFE

Las calles francesas retumban contra Macron

Los sindicatos anuncian que los paros por la reforma de las pensiones seguirán los próximos días en el metro y el servicio ferroviario

paula rosas

Corresponsal. París

Jueves, 5 de diciembre 2019

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Las pensiones, la bestia negra de todos los presidentes franceses, volvieron a llenar este jueves las calles de Francia de reivindicaciones sociales. Más de 800.000 personas marcharon contra la reforma del sistema de jubilación que quiere poner en marcha el presidente Emmanuel Macron, la mayor movilización de las últimas décadas, que consiguió paralizar sectores enteros como los transportes o la educación.

El pulso, anunciaron además los líderes sindicales, solo acaba de comenzar. La huelga se prolongará a lo largo de los próximos días en el metro de París -este jueves prácticamente paralizado- o los ferrocarriles, sectores a los que afecta particularmente la reforma y cuya movilización tiene un gran impacto en el conjunto del país. Sin transporte público, las avenidas de la capital se convirtieron en territorio ciclista. Los parisinos recurrieron a bicis, patinetes y a sus piernas para desplazarse a su trabajo.

Vídeo. La estación de Charles de Gaulle-Étoile, cerrada. REUTERS

«Salimos hace 20 años y hoy seguimos defendiendo nuestras pensiones», reivindicaba Lucie, que participó en las huelgas de 1995, en la marcha parisina. Entonces -como hoy-, el intento de acabar con los 42 regímenes especiales del sistema francés, que cuestan anualmente 8.000 millones de euros, según el Gobierno, fueron el detonante de la protesta social que duró tres semanas. este jueves, esta trabajadora social de Bobigny volvía a la calle porque «a este ritmo no vamos a poder jubilarnos, tendremos que trabajar hasta ser muy ancianos para poder vivir de la pensión».

A su alrededor, carteles de todos los pelajes hacían cálculos de cuánto dinero supuestamente perderían sus portadores de llevarse a cabo la reforma. «¿Quién quiere trabajar hasta los 68 en una clase con 30 alumnos de infantil para una jubilación de 800 euros menos al mes?», se preguntaba una maestra.

LAS CLAVES:

  • Seguimiento. Más de 800.000 personas marcharon en todo el país, la mayor movilizaciónde las últimas décadas

  • Cancelaciones. 23 vuelos con origeno destino en los aeropuertos españoles fueron suspendidos

Pero lo cierto es que aún no se conocen los detalles del plan, y no serán desvelados hasta la semana que viene, anunció este jueves el primer ministro, Édouard Philippe. La portavoz del Gobierno recordó que «aún queda un margen de negociación» y el propio Macron, escaldado por la crisis de los 'chalecos amarillos', ha pedido a sus ministros que no «subestimen» las movilizaciones de este jueves, aunque no piensa dar marcha atras en el proyecto que formó la espina dorsal de su programa electoral.

El seguimiento de los paros en el sector aéreo provocó la cancelación de entre el 20 y el 30 % de los vuelos, según el Gobierno. Entre ellos resultaron afectados 23 vuelos con origen o destino en los aeropuertos españoles.

Trabajo en casa

En el sector privado, menos afectado por los regímenes especiales, no se notó tanto el impacto de la huelga, y la mayor parte de los comercios de la capital funcionaron con normalidad. Muchos franceses optaron por trabajar desde casa y eso se notó hasta en el tráfico, mucho menor de lo habitual.

Pese al frío intenso, las marchas fueron muy numerosas en todo el país. Como es habitual, las cifras oscilaron entre las que dio el Ministerio del Interior (805.000 en el conjunto de Francia) y las de los sindicatos (CGT contabilizó 1,5 millones). Quizás espoleados por el año de movilización social que han protagonizado los 'chalecos amarillos', las organizaciones sindicales, de capa caída en los últimos años, parecen haber recuperado su buena forma. Sindicatos como la CGT, Sud, o Fuerza Obrera formaban el grueso de la marcha, a la que se sumaron también partidos políticos como el Socialista o la Francia Insumisa.

Una mujer transporta un cartel del 'rey Macron'.
Una mujer transporta un cartel del 'rey Macron'. AFP

Los estudiantes también secundaron masivamente la huelga, como Sasha, que se definía marxista y que protestaba por la política «antisocial» del Gobierno de Macron. «Las pensiones son solo la chispa que ha desatado un despertar social más amplio, que nos afecta directamente», argumentaba.

En realidad, todo el que quería reivindicar algo aprovechó este jueves la energía acumulada en las últimas semanas para salir a defender su lucha. Incluso grupos que difícilmente podríamos vincular a la reforma de las pensiones, como Extinción Rebelión, que sabotearon este jueves 3.600 patinetes eléctricos -añadiendo penurias a quienes querían desplazarse- para denunciar su impacto ecológico.

Las marchas discurrieron en su mayoría de forma pacífica, aunque algunos disturbios protagonizados por los 'black bloc' empañaron las manifestaciones. La Policía contabilizó a unos 700 radicales en París, y detuvo a más de 60 personas.

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