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Dominic Raab. Reuters
El exministro del 'brexit' dice que fue engañado

El exministro del 'brexit' dice que fue engañado

Dominic Raab no apunta a nadie pero esboza un plan para cambiar de dirección y el acuerdo

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal en Londres (Reino Unido)

Domingo, 18 de noviembre 2018, 21:12

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Dominic Raab, el ministro para la Marcha de la Unión Europea (UE) que dimitió el jueves, tras la publicación del acuerdo entre Londres y Bruselas, afirma en una entrevista publicada por 'The Sunday Times' que fue engañado en las últimas horas de la negociación. Descubrió el martes por la mañana que habían introducido en el documento final una cláusula que no estaba antes.

Por alguna razón, el 'Sunday Times', que fotografía a Raab en su vivienda, no da la cita literal de las palabras del exministro. Describe así lo ocurrido. El texto «incluía una cláusula que significaba que su 'salvaguardia'- que mantendría a Reino Unido en una unión aduanera con la UE- sería «la base» de una futura relación, más que el acuerdo de libre comerció que él (Raab) defendía».

Raab, cuya dimisión desencadenó un frenesí 'brexiter' para derribar a Theresa May, afirma en la entrevista que no sabe quién perpetró el engaño. Rechaza tajantemente sumarse a los ya 25 diputados 'tories' que han firmado cartas pidiendo elección de nuevo líder y dice que apoya a a May, por quien siente «un gran respeto», pero que debe cambiar de dirección.

El único párrafo en los dos documentos publicados por los negociadores que contiene algo parecido a lo descrito es el segundo, bajo el epígrafe Bienes, en la Parte II, Asociación Económica, en el documento de siete páginas titulado 'Esbozo de la Declaración Política Describiendo la Estructura de la Futura Relación entre la Unión Europea y Reino Unido'.

Tras describir en un primer párrafo la aspiración de crear un área de libre comercio, la describe en el segundo en estos término: «Aranceles cero, sin gastos, cargas o restricciones cuantitativas en todos los sectores, con ambiciosos acuerdos aduaneros levantados sobre la unión aduanera provista por el Acuerdo de Retirada, y respetando el orden legal de las Partes».

Plan y estrategia

Si este es el párrafo, aunque la frase en inglés- «customs arrangements that build on the customs territory»- podría traducirse de manera más leve, el entonces ministro se habría indignado porque se da más o menos por descontado que la futura relación comercial ampliará la unión aduanera, dejando al 'brexit' en un limbo sin sentido. Pero ese papel es un 'boceto', su contenido final se negocia esta semana, la declaración política no tendrá fuerza legal y Raab no lo menciónó en su dimisión.

David Davis, el anterior ministro del 'brexit', se marchó del Gobierno cuando se sintió engañado durante el debate y respaldo casi unánime del Gabinete al 'plan de Chequers', fracasado y sustituido por otro de mayor integración. Davis se quejó de que no se presentaron sus propuestas y vio la mano de Olly Robbins en la preparación de la trampa.

Una narración de la política británica actual dice que los ministros 'brexiters' quieren lograr la marcha liberadora, pero son coartados por los altos funcionarios, al estilo de la serie de televisión 'Yes, minister'. Robbins creó de la nada el Ministerio de la Marcha de la UE para que lo dirigiera Davis, cuya menor desavenencia con su asistente se debió a la negativa del funcionario a autorizar pagos de vuelos privados o de la Real Fuerza Aérea para los viajes de su jefe a Bruselas.

Raab no señala a nadie como posible autor de la trampa, aunque el texto del párrafo que cita coincide con unas palabras que escandalizaron el miércoles, atribuidas a Sabine Weyand, segunda de Michel Barnier. En la extraordinaria atmósfera del 'brexit', el ministro dimitido se permite declarar que Robbins es 'un patriota'. Y él es ambicioso. Y su amigo Davis no pierde un momento para decir en los últimos días que es posible renegociar el acuerdo en tres meses.

La estrategia es derrotar el acuerdo actual en el Parlamento, ir a Bruselas con la oferta de un tratado de libre comercio como el firmado con Canadá, pero mejorado, y resolver la frontera de Irlanda con tecnología. Y si la comisión dice que no negocia, 'out' sin acuerdo. En una situación crítica quizás sumaría suficientes partidarios. Por ejemplo, en un segundo voto de los Comunes, tras una sacudida bursátil por el rechazo parlamentario al acuerdo de May.

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