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Niños enfermos y familiares llenan una de las salas del hospital de Sri Krishna. AFP
La encefalitis que diezma la infancia india

La encefalitis que diezma la infancia india

Casi 150 menores han muerto este mes en el Estado de Bihar, donde los brotes de esta enfermedad inusual son un reflejo de la pobreza y la desigualdad

zigor aldama

Corresponsal. Shangái

Domingo, 23 de junio 2019, 00:21

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Descenso en el nivel de azúcar en sangre, fiebre alta, vómitos, convulsiones y parálisis. Luego, la muerte. Ésos son los síntomas y el desenlace final del síndrome de encefalitis aguda, una enfermedad poco habitual que provoca una inflamación del cerebro y que ya ha matado a casi 150 niños en el Estado indio de Bihar. Según los últimos datos oficiales, dieciocho distritos se han visto afectados por el último brote de este mal recurrente que ha hecho enfermar ya a unas 600 personas. Los hospitales de la localidad más afectada están desbordados y los médicos no descartan que el número de víctimas mortales continúe aumentando. En 2012 fallecieron 395 niños entre mayo y noviembre, mientras que en 2014 fueron 372. Si el problema no se ataja pronto, este año podría ser incluso peor.

Esta enfermedad se han registrado de forma habitual al menos desde 1995, pero su virulencia se ha disparado durante esta década. El porqué todavía es un misterio. Se especula con la posibilidad de que esté relacionado con el consumo de lichis y las toxinas de esta fruta que crece en abundancia en la región. Informaciones falsas que se han hecho virales a través de las redes sociales y de WhatsApp han logrado que los fallecimientos se bauticen como 'las muertes del lichi', pero las autoridades sanitarias afirman que no existe ninguna relación probada entre esta fruta y la encefalitis, que aparece tras una infección vírica o bacteriana.

LAS CLAVES:

  • Alarma. Dieciocho distritos se han visto afectados por el último repunte, que ha enfermado a 600 personas

  • Víctimas infantiles. En 2012 fallecieron 395 niños entre mayo y noviembre, mientras que en 2014 fueron 372

No obstante, en 2016, el Centro Nacional de Prevención de Enfermedades de India publicó en la prestigiosa revista 'The Lancet' un estudio en el que sí reconocía que los lichis contienen una notable cantidad de metileno ciclopropil galiceno, una toxina natural que puede provocar hipoglucemia y trastornos metabólicos en niños. Por esa razón, los médicos recomiendan evitar que los niños coman esta fruta. Los padres de muchos de los afectados aseguran que eran conscientes del riesgo y que sus hijos enfermos no la habían probado.

Por todo ello, aunque no descartan que los lichis contribuyan a agravar la situación, la mayoría de los facultativos señala con dedo acusador a una suma de factores muy diferentes. No es casualidad que Bihar, en el noreste del país, sea uno de los Estados más pobres de India. Y que la mitad de los niños de Muzaffarpur estén malnutridos y el 60% sufra anemia. Tampoco que todos los niños muertos pertenezcan a las clases sociales más desfavorecidas, y que no se haya registrado ningún caso en zonas urbanas. «Los niños de clases pudientes también comen lichis. ¿Por qué no se mueren?», se preguntaba el pediatra Arun Shah.

Ola de calor

Además, doctores entrevistados por medios locales indios creen que las extremas condiciones climáticas de las últimas semanas han podido ser un factor determinante. «La ola de calor -con temperaturas de hasta 45 grados- y la elevada humedad han podido contribuir a la deshidratación de los niños y a hacerlos más vulnerables», contó Sanjay Kumar, responsable de Sanidad de Bihar, al diario 'The Hindu'.

Todos estos datos demuestran que las muertes pueden prevenirse con una nutrición más adecuada, agua potable limpia, y asistencia sanitaria digna. «Bastaría con proporcionar glucosa y suplementos nutricionales en las zonas más pobres. Ni siquiera resultaría caro», explicó a Reuters la doctora Chaitanya Kumar, del hospital Kejriwal. El tratamiento médico tampoco es complicado y se centra en la rehidratación de los pacientes. «Pero muchos de los niños llegan cuando es ya demasiado tarde para curarlos», comentó otro de los médicos, J.P. Mandal.

Además, el periodista de 'The Hindu' describe cómo la Unidad de Cuidados Intensivos del Sri Krishna Medical College and Hospital, el que más casos atiende, acoge a un mínimo de tres niños por cada cama. Y cómo gente ajena al centro entra y sale continuamente de zonas teóricamente cerradas al público. En los pasillos, pacientes y familiares llenan el suelo. Es el caos. Por si fuese poco, la dificultad para dar con el virus o la bacteria que provoca la enfermedad reside en el hecho de que los hospitales de la zona no cuentan con los medios necesarios para recoger muestras de tejido y de sangre y mantenerlas en condiciones idóneas para su análisis exhaustivo.

La situación reabre el debate sobre las grandes diferencias sociales en la población

Esta trágica situación que sufre la población de India ha reabierto el debate sobre las grandes desigualdades sociales de un país llamado a convertirse en potencia mundial que, sin embargo, parece incapaz de erradicar la extrema pobreza en la que viven cientos de millones de personas. India aparece en el puesto 103 -de un total de 119- en el Índice Global del Hambre, y sólo destina el 1,4% de su PIB a Sanidad, uno de los porcentajes más bajos del mundo.

El primer ministro, Narendra Modi, ha diseñado un plan para llevar la asistencia sanitaria a toda la población -bautizado como 'Modicare'-, pero es evidente que no está dando los resultados esperados. «Queremos explorar el espacio y enviar una misión a la Luna, pero no somos capaces de evitar que nuestros propios hijos mueran por causas fácilmente evitables», se quejaba uno de los familiares de los niños afectados en la cadena de televisión NDTV.

«El ministro de Sanidad, Mangal Pandey, parece más preocupado por el resultado de los partidos de cricket que por el número de niños muertos», tuiteó Randeep Surjewala, un político de la oposición. Que el asunto se está convirtiendo en una refriega política quedó patente también con los mensajes que publicó otra diputada, Rabri Devi, que fue más allá y calificó las muertes de «asesinatos a sangre fría». «Los niños están muriendo por falta de medicinas y de tratamiento», escribió en la red social. Las protestas también salpicaron las calles y las inmediaciones de los hospitales, donde activistas y allegados de los pacientes exigen medidas para acabar con este brote que está cebándose con la infancia.

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