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VANESSA HERNÁNDEZ
LA POBLA.
Sábado, 9 de marzo 2019, 00:54
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La correspondencia hace meses que no llega, han dejado de recibir notificaciones laborales, no pueden «firmar» trámites a través de internet o renovar los certificados. Estas son algunas de las consecuencias que están experimentando las 16 viviendas ubicadas en la plaza Enrique Pérez Badia, antes conocida como Font de la Rosa. Los vecinos de esta zona se sienten «abandonados» e «indefensos» desde hace meses.
Todo empezó en abril de 2018 cuando el Ayuntamiento de La Pobla aprobó por mayoría absoluta, según el alcalde del municipio, Enric Palanca, el cambio de nombre de esta plaza. En este sentido, se sustituyó Font de la Rosa por Enrique Pérez Badía, el nombre del último alcalde de la República. Esta actuación municipal fue toda una sorpresa para los vecinos de la plaza, puesto que la nueva dirección se determinó sin realizar un proceso de consulta entre los residentes.
Los vecinos aseguran que, desde que conocieron la noticia, han intentado dialogar con el Ayuntamiento para buscar soluciones. «Hemos recogido firmas, elaborado diferentes propuestas, alternativas para recuperar la antigua denominación, hemos enviado un informe con los problemas burocráticos que nos ocasiona el cambio de nombre, pero nada», destacaron indignados. En este sentido, desde el Consistorio subrayaron que, tras el acuerdo plenario, esta actuación fue comunicada tanto a los residentes de la plaza, como a todos los organismos públicos. «Los servicios afectados como Correos y Catastro están informados de ello», matizaron. Sin embargo, según los vecinos de las 16 viviendas, llevan meses sin recibir el correo. «Estamos en el limbo, los servicios oficiales no reconocen la nueva dirección y la antigua no existe», apuntaron.
Esta situación hace que sientan una gran «frustración» al padecer diariamente las consecuencias del cambio de nombre. Según uno de los residentes, a una de las inquilinas más mayores de la urbanización le han cortado el agua. «Esta intervención se la notificaron con antelación, pero al no recibir los envíos, ni se pudo informar», agregó. Por su parte, desde el Ayuntamiento, insistieron en que estos problemas dependen de los vecinos al no actualizar sus documentos con la dirección postal correcta.
Además, señalaron que hay una ley que prohibe que dos calles colindantes tengan la misma nomenclatura como era este caso. Unas declaraciones que, desde la urbanización vecinal, tacharon de «falsas».
«El problema es que no podemos renovar los documentos porque la actual dirección no consta en la base de datos de la Seguridad Social», destacaron. Además, respecto a la ley urbanística, los residentes apuntaron que ambos nombres -el de la plaza y la calle- estuvieron «cohabitando» en La Pobla más de 20 años sin ningún problema.
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