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Fallece Bartolomé González Munera, vicario de San Pedro Apóstol de Paterna casi medio siglo

Fallece Bartolomé González Munera, vicario de San Pedro Apóstol de Paterna casi medio siglo

Antes fue misionero en Hispanoamérica pero le nombraron 'Ciudadano ejemplar' por su dedicación al municipio de l'Horta

félix garrido gil

Paterna

Martes, 13 de noviembre 2018

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El sacerdote Bartolomé González Munera falleció a los 95 años de edad, después de casi medio siglo como vicario de la parroquia San Pedro Apóstol de Paterna.

Natural de la localidad albaceteña de Alcalá del Júcar, Bartolomé González recibió la ordenación sacerdotal en Huesca en 1949 y, estuvo como misionero carmelita en países de Hispanoamérica hasta que fue nombrado en 1967 vicario parroquial de San Pedro Apóstol, en Paterna, donde estuvo en activo hasta hace cinco años.

En 2012 la Policía Local de Paterna le concedió el premio 'Ciudadano ejemplar', en reconocimiento a «toda una vida de constante dedicación eclesiástica en Paterna, siendo hombre comprometido con su pueblo, y siempre presente en los corazones de su gente». De igual manera, recibió en 2009 la medalla de plata de la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer.

Para los que le conocimos, pensamos que su muerte sólo le ha alterado tiempos y lugares porque aquí ya no vivía él sino que vivía en el Amado.

Don Bartolomé como buen carmelita se entregó al Señor siguiendo los caminos que le marcaba Teresa de Jesús y Juan de la Cruz: oración, disponibilidad y acatamiento a la voluntad del Señor. Fruto de esto partió hacia tierra de misiones, debe dejar el Carmelo para atender las necesidades de su familia y se entrega al apostolado de almas como Vicario de la Parroquia de San Pedro Apóstol de Paterna, donde paso más de cuarenta y cinco años.

Les entregó lo mucho que atesoraba y en todo momento y lugar estaba disponible para atender las necesidades de la feligresía ya que el cansancio no figuraba en su agenda. Testigos fueron los adoradores nocturnos, que después de atender los numerosos actos religiosos de un sábado parroquial, acudía en horas nocturnas para celebrar la Eucaristía y orar ante el Santísimo. Eran largas las listas de enfermos y ancianos que atendía semanalmente, llevándoles a sus casas el consuelo, y la Comunión. Ningún necesitado que llamó a su casa se fue desamparado y para todos había pan y ayuda.

Don Bartolomé: como feligrés, gracias porque lo mucho que nos dio lo encerró en la humildad de su vida. Gracias porque a través de su sabiduría y santidad el Señor bendijo a la parroquia de San Pedro Apóstol . Gracias porque su ejemplo de vida ha sido grano sembrado en buena tierra. Que nuestro adiós de agradecimiento sean con las palabras de su maestra Teresa de Jesús: «ya vivo fuera de mí, porque vivo en el Señor, que me quiso pasara sí».

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