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El estanque afectado por el acto vandálico, tras la retirada de los peces. :: lp
Un vertido de lejía mata más de 70 peces en el estanque del Hort de Trénor de Torrent

Un vertido de lejía mata más de 70 peces en el estanque del Hort de Trénor de Torrent

El consistorio estudia colocar un circuito de cámaras de vigilancia para proteger el jardín botánico tras este ataque vandálico

ADA DASÍ

Viernes, 26 de septiembre 2014, 00:27

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Un acto vandálico ha provocado la mortandad de cerca de 70 carpas del estanque del Hort de Trénor de Torrent. Al parecer, y según advierten desde el consistorio, unos desaprensivos lanzaron algún producto químico, similar a la lejía, a las aguas del pequeño lago que hay a la entrada de este jardín botánico urbano. Al día siguiente de este hecho, casi un centenar de peces aparecieron muertos flotando en la superficie y muchos de ellos agonizando en las orillas.

Los operarios municipales tuvieron que retirarlos para evitar que los visitantes, que a menudo frecuentan este jardín, presenciaran la desagradable escena, sobre todo los niños que después de terminar las clases en un colegio, ubicado en los alrededores, se acercan hasta allí para dar de comer a los peces.

El líquido corrosivo no ha afectado a las tortugas que comparten este hábitat ni a un buen número de ejemplares de carpa que siguen nadando en el estanque, aunque los animales acuáticos se han acercado sobre todo a las salidas de renovación, donde tienen más oxígeno por la entrada de agua limpia.

No obstante, hasta ayer, todavía se podía ver algún que otro ejemplar flotando sin vida en la superficie como consecuencia del vertido, mientras los galápagos pasaban las horas sobre las piedras.

El consistorio estudia ahora introducir nuevos ejemplares para recuperar la fauna que nadaba en sus aguas, aunque señalan que los que no han sucumbido a este acto vandálico pueden seguir reproduciéndose, hasta alcanzar el número que había antes.

Este suceso podría haber hecho más daño si la cantidad de líquido vertido hubiera sido mayor, ya que en el estanque también se localizan ejemplares de vegetación acuática tanto en los macetones sumergidos en el interior del agua, como en algunas de las jardineras que discurren adosadas al muro exterior.

El concejal de Medio Ambiente, José Gozalvo, señala que esto ha sido obra «de alguien que quería hacer mal porque después de la renovación de este jardín es un sitio que se suele respetar».

De hecho, el Hort de Trénor se cierra por la noche para evitar que se produzcan actos vandálicos y un vigilante recorre las instalaciones durante las horas en las que están abiertas al público, sobre todo en las de más afluencia, pero los fines de semana el jardín no tiene protección.

«Podría ser que los gamberros se hubieran escondido en el interior hasta que cerrarán el acceso y luego hubieran actuado», explica Gozalvo. Aunque dada su cercanía a la verja, los vándalos también podrían haber lanzado el líquido desde fuera.

Más policías

El edil ha adelantado que, tras este hecho, se está estudiando la posibilidad de colocar un circuito cerrado de cámaras para vigilar el jardín y que ya se tenido un primer contacto con la Delegación de Gobierno para solicitar el permiso.

Además, también se reforzará la seguridad con la presencia de los agentes de la patrulla de la Policía de Barrio que entrarán a las instalaciones durante su recorrido por este sector.

Hasta hora el gamberrismo se había limitado a actos puntuales como pisotear las plantas o arrancar algunos ejemplares que suelen reponerse con rapidez. «Esto dará un punto más de seguridad, para evitar que haya zonas donde puedan esconderse», matiza Gozalvo. «Así nos aseguramos el buen funcionamiento y que las especies botánicas puedan evolucionar de forma correcta», añade el edil.

Antes de la rehabilitación de este espacio, que inauguró el consistorio en 2011, el Hort de Trénor era un sitio oscuro y propicio para hacer botellón, escaso de valor e incluso peligroso por las noches. Tras la remodelación, se ha convertido en un jardín botánico que alberga en su interior más de 300 especies diferentes de vegetación y arbóreas, y cuenta con la denominación de Bien de Interés Cultural (BIC).

«Ya que hemos conseguido que este espacio dejara de ser un sitio marginal y recuperarlo para los vecinos, queremos seguir con el pulso contra los vándalos y evitar que esto afecte al jardín», advierte el responsable de Medio Ambiente, quien recuerda, además, que con la reforma «se sustituyó parte del vallado para hacer más difícil el acceso fuera del horario establecido».

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