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Veneno, una estrella fugaz

Veneno, una estrella fugaz

La vedette, a la que encumbró Pepe Navarro, falleció ayer tras pasar varios días en coma. Sus amigos lloran la muerte de la primera transexual convertida en fenómeno televisivo

IRMA CUESTA

Miércoles, 9 de noviembre 2016, 23:48

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Cristina Ortiz, la mujer a la que toda España conoció como La Veneno, murió ayer en el hospital La Paz de Madrid después de pasar varios días en coma. La primera transexual convertida en un fenómeno televisivo en este país no logró superar las lesiones que se había causado tras caer en el baño de su casa después de haber ingerido un buen cóctel de pastillas y alcohol.

Veneno, que nació en Adra (Almería) hace 52 años como José Antonio Ortiz Rodríguez, dijo adiós a una vida complicada que comenzó, según ella misma ha contado en sus memorias, con el maltrato y la incomprensión de sus padres. Tras una infancia difícil, la vedette a quien encumbró Pepe Navarro fue coronado Mister Andalucía en 1989. Luego se instalaría en Madrid, donde descubrió que quería ser travesti y decidió dedicarse a la prostitución. Los reporteros de 'Esta noche cruzamos el Misisipí' la encontraron en una esquina del Parque del Oeste y, desde aquel día, nada volvería a ser lo mismo. Cristina se convertiría en cuestión de meses en una estrella -fugaz- de la televisión en un país en el que, corría el año 1996, aún no estábamos acostumbrados a que un personaje como el suyo inundara las pantallas.

De aquellas temporadas en el primer 'late night' que batió récords de audiencias sacaría un montón de dinero, la posibilidad de grabar dos discos ('Veneno pa' tu piel' y 'El rap de La Veneno'), un par de papeles en películas porno e incluso algún cameo en varias series de televisión. Sin embargo, el éxito se truncó cuando fue juzgada y condenada por un delito de estafa después de haber prendido fuego a su casa para cobrar el seguro. Su paso por la cárcel casi acaba con ella. La mujer a la que sus amigos hoy lloran aseguró que había sufrido abusos y violaciones durante los tres años que estuvo en prisión -de 2003 a 2006- y, aunque contar sus desgracias le sirvió para disfrutar de nuevo de algún que otro minuto de gloria en los programas del corazón, nunca se recuperó.

Ayer, muchos lamentaron su muerte. Entre ellos el colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales 'Colega', que la considera «todo un referente en la visibilidad y vicisitudes de las mujeres transexuales». También las Nancys Rubias, el grupo que lidera Mario Vaquerizo, rindió homenaje a una de sus musas; Valeria Vegas, su biógrafa, y Carla Antonelli, diputada madrileña por el PSOE, además de su mentor, Pepe Navarro.

Y, por supuesto, Alín, un chapero rumano con el que llevaba cuatro años viviendo, que fue quien la encontró tirada en el sofá de casa sangrando por la cabeza. Él cree que se ha suicidado «porque no era feliz».

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