La pizza (casi secreta) del Rey della Notte
Cada barrio esconde sus tesoros culinarios, que sólo conocen sus vecinos y que basan su éxito en la sencillez, la autenticidad y la falta de pretensiones
Mister Cooking
VALENCIA
Viernes, 17 de octubre 2025, 00:03
Este capítulo del Diario de Mister Cooking tiene tres palabras claves: secreto, barrio y pizza. Cada una de ellas funciona por sí sola. Juntas, ... y en este caso, conducen a la resolución de un enigma. El que da respuesta a: ¿Cuál es el secreto (gastronómico, 'of course') mejor guardado del barrio donde vive Mister Cooking y en el que puedes probar una de las mejores pizzas de Valencia? Vamos paso a paso. Y vamos a poner todo en contexto. Secreto, barrio, pizzas… Añade matiz: pizza para llevar… Y sin pretensiones… Todo suena, al menos, divertido. Comer una gran pizza en casa… Pues vamos a ello. Encendemos el horno, amasamos todo esto y servimos.
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Lo primero: secreto. Se trata de ese pequeño tesoro oculto que nadie quiere que se descubra para que no se fulmine la magia. Hay tesoros de muchos tipos pero, en lo que aquí nos toca, hablamos de los gastronómicos. Mister Cooking, en realidad, como lo cuenta todo, tiene pocos. Aunque siempre hay alguno que guarda en la recámara. La mayoría lo son porque se ajustan mucho a los gustos y preferencias personales. ¿Por ejemplo? Hace tiempo dejó de ser secreto que a mí, si me voy a disfrutar en familia al completo (salvo la perra), Rausell está en el top de las preferencias. Eso sí, si voy a celebrar un éxito deportivo –no te rías, que los tengo-, me gusta ir a Habitual (porque me hice adicto a su costilla y su puré de patatas). Otro ejemplo, la comida de empresa por Navidad con mi socia de vida siempre la hago en Ricard, porque su universo me centrifuga… El año siempre lo empiezo con Manuel Alonso en Daimús; el jueves santo me voy a Bon Amb porque me hace siempre flotar en equipo y soy tremendamente feliz allí; siempre intento volver, al menos una vez al año, a Quique Dacosta y, sobre todo, intento tener su feedback sobre la cocina y sus derivadas. Y aprender de él y su equipo….
Pero si debo hablar de secretos concretos, no tanto de costumbres… pues podría decir que mi panadería particular se llama Terra de Pa, donde sus elaboraciones son Premium; que las empanadillas de Jesús Machí siguen siendo las más top que he probado, o que mi refugio para comer, cuando quiero evadirme de todo, sigue siendo Joaquín Schmidt. Dejándome que me sorprenda con esa cocina entre pop y ochentosa, con sensibilidad y don, donde la magia siempre es eterna y todo rezuma amistad y abrazo. Que es lo más necesario. Mi verdadero secreto culinario, ahora que lo escribo, en verdad son los abrazos. Cocina de abrazo.
No me enrollo más. Vamos al segundo término. Barrio. Terra de pa, que antes mencioné, es uno de mis secretos de barrio. Como lo es mi carnicería particular, José. Vital en mi cocina, porque con su producto juego hacer mis cosillas con delantal. Pasta en especial con la mejor carne por todos los costados. Pero del barrio, desde luego, tengo que reseñar, con fuerza, mi Barbaric del alma. Que dejó de ser secreto para pasar a casa de comida (barra / restaurante) de interés general.
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Pero vamos a ir cerrando el círculo… Secreto, barrio… y pizza. Aquí llega el protagonista final. Rey della Notte. Está en una pequeña esquina, en Gaspar Aguilar,. Allí, un joven cocinero italiano –no sé ni su nombre, ni él sabe de mí- trabaja de manera magistral las masas de las pizzas. Y, pese a las limitaciones del local, ofrece una maravillosa minuta con sello italiano que te hace flotar. La mía, la preferida, es la vegetariana. Pero la carta es extensa. La gracia, su masa muy fina y elástica; el tomate, diría que natural, no está frito, con lo que hace que la pizza sea muy suave y ligera, y que tenga frescura y dulzura. Los productos que la aderezan, pues fantásticos. En mi caso, verduras diversas ya confitadas. En especial, berenjena. El conjunto es de disfrute total. Mi pequeña fiesta algún que otro viernes para celebrar que ha llegado el fin de semana. Interesante, sus focaccias. Que vende en porciones. Como las pizzas, que al margen de elaborar al gusto, también ofrece en un escaparate absolutamente apetitoso.
Pues eso… Poco más que añadir. Una pizzería, sólo para llevar, que te hace disfrutar (en secreto). Desvelado queda. Ya, cada uno opinará. No es la napolitana de Carlo (tan añorada); ni posiblemente la mejor pizza de Valencia. Pero que disfrutas comiéndola ya te digo que es incuestionable. Y eso, en los tiempos de 'food fast', es un logro maravilloso.
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Seguimos dando bocados a la vida. Esto es el Diario de Míster Cooking. Donde todo es posible, con cuchillo y tenedor. De un sorbo y sin azucarillo. Que diría aquel.
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