La fusión del arte y la cocina vuelve a Valencia

En esta quinta edición, Festín reafirma su vocación de tender puentes entre disciplinas, disciplinas que a menudo viajan por caminos paralelos, pero que aquí se entrelazan para ofrecer experiencias únicas e irrepetibles. Museos, centros de arte, galerías y espacios históricos se convierten en anfitriones de banquetes conceptuales, donde chefs de prestigio como Carito Lourenço, María José Martínez, Paco Llopis o Arturo Salvador reinterpretan el arte desde los fogones.

«No es solo una cita gastronómica ni un evento cultural. Es una experiencia que va mucho más allá, una celebración de todo lo que somos: creatividad, patrimonio, despensa mediterránea y el gran talento de nuestros cocineros y cocineras», explica la concejala de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones, Paula Llobet, durante la presentación oficial del certamen.

Impulsado por el Ayuntamiento de Valencia, a través de la Fundació Visit Valencia, y en colaboración con Turisme Comunitat Valenciana, la Diputación de Valencia y diversas instituciones culturales y gastronómicas, el festival ofrece este año un total de 18 sedes repartidas entre Valencia, Gandía y Riba-roja. Entre los espacios participantes destacan el Museo de Bellas Artes, el IVAM, Veles e Vents, CaixaForum, el Palau de Les Arts o Bombas Gens, además de enclaves singulares como el Palau Ducal dels Borja en Gandía o el Rebó Restaurant en Riba-roja del Turia.

Cada sede propone una experiencia distinta, donde la propuesta artística dialoga con una oferta culinaria diseñada ex profeso para ese espacio. Habrá menús inspirados en civilizaciones antiguas, bombones creados a partir de esculturas contemporáneas, cenas secretas entre bambalinas o degustaciones líquidas en museos. «Se trata de experiencias únicas que aúnan arte y gastronomía en estado puro, como el menú de autor que Carito Lourenço ofrece en diálogo con las obras del Centro de Arte Hortensia Herrero, o la reinterpretación de la dieta del antiguo Egipto por María José Martínez en Bombas Gens», explica Llobet.

La propuesta de este año también se amplía con la incorporación del proyecto Valencia Music City, apostando por una programación donde la música adquiere un nuevo protagonismo. Una forma más de destacar la importancia del talento local y su arraigo en el tejido creativo valenciano.

En el apartado culinario, participan espacios y cocinas de referencia como Lienzo, La Salita, Riff, Fierro, La Sucursal, 2 Estaciones, Doña Petrona o David Jengibre, entre otros. Todos ellos colaboran con instituciones culturales para ofrecer piezas gastronómicas únicas, efímeras y profundamente sensoriales.

La ciudad se transforma así, durante diez días, en una especie de laboratorio sensorial donde cada propuesta es una obra en sí misma, efímera y memorable. «Invitándonos a mirar, probar y sentir con propuestas únicas que activan todos los sentidos», concluye Llobet.

Las reservas para las distintas actividades y experiencias ya pueden realizarse a través de la web oficial del festival. Como cada año, la expectación es alta, y muchas de las plazas disponibles suelen agotarse en pocos días. Porque Festín no es solo un festival: es una forma de mirar Valencia desde un paladar nuevo.