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J. CASALS
Jueves, 1 de agosto 2019
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Ha sido la gran sensación del pasado concurso de ganaderías de Sagunto, lo que le ha valido para consolidarse como una de las grandes vacas del momento. Montañesa, marcada con el hierro de La Paloma, ha pasado de ser una gran revelación, a toda una realidad, y ya ocupa un puesto destacado en el pódium de las ganaderías autóctonas. Los más entendidos la consideran como la vaca del año y va camino de convertirse en leyenda.
Aunque suele tener algún comportamiento extraño de salida, como por ejemplo el de pararse y escarbar, de repente comienza a venirse arriba y su juego crece sin límites, sin que parezca que su depósito de bravura se vaya a acabar.
Es todo bravura sin aditamentos. Enrazada como pocas, es toda una explosión de casta, algo que la convierte en una vaca con mucha transmisión para el público, al que sabe ganarse con su entrega sin límites. Y es que la vaca siempre llega hasta el final. Tal es así, que incluso en Sagunto dobló algunos barrotes con su testuz en un alarde de poder. Llena el escenario y se apodera de él, plantando cara en cualquier terreno u obstáculo, sin que nada ni nadie impida su cometido. Y con una velocidad pasmosa, otro de sus fuertes. Una vaca completa en todos los sentidos.
Tal expectación ha despertado, que ya cuenta con un grupo de incondicionales que la siguen allá donde vaya. Muchos aficionados de la Comunitat se desplazaron la semana pasada hasta la localidad catalana de Sant Carles de la Ràpita, sobre todo después de su gran paso por la capital del Morvedre. Y todo apunta a que mañana, la localidad de Orba colgará el «No hay billetes», puesto que su ganadero Bartolomé Sireral la ha reseñado para que actúe en sus fiestas. También está reseñada para septiembre en Ulledecona.
Montañesa proviene de una de las reatas más importantes de una vacada que su ganadero, Bartolomé Sireral, ha sabido dotar de personalidad a lo largo de estos últimos 23 años, partiendo desde la base de un lote de vacas murubeñas y sin que se haya refrescado con otras sangres. Su madre es la famosa Norteña, hija a su vez de Vikinga, y ésta de Nórdica, una familia que está dejando una huella de bravura imborrable. Su padre es Maldito, marcado con el número 12, hijo de la famosa vaca Maldita, un toro que dejó muy buen simiente en esta divisa.
Si la suerte le acompaña, nos encontramos ante una vaca que puede hacer historia y que deja a las claras el buen momento por el que atraviesa la ganadería de La Paloma.
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