Borrar
Urgente Mueren una mujer y un hombre en Asturias arrastrados por el oleaje
Triunfadores. La Espuela venció tres años en la Semana Taurina de Puçol. carlos gómez
La Espuela se marca como objetivo la máxima bravura

La Espuela se marca como objetivo la máxima bravura

«No consiento que una vaca se pare, tiene que moverse siempre, sacar fondo de bravura», señala el dueño de los astados Trescientas cabezas de ganado pastan en la finca El Charco, entre Onda y Alcora, propiedad de Juan Manuel Moliner

JOSÉ IGNACIO GALCERÁ

Viernes, 29 de noviembre 2019, 01:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

valencia. En la carretera que une las localidades de Onda y Alcora se encuentra la ganadería de La Espuela. Ubicada en una zona conocida como El Charco, de donde toma el nombre la finca, Juan Manuel Moliner moldea su sueño de aficionado. Fueron su abuelo y su padre en 1980 quienes iniciaron la aventura ganadera de criar toros bravos en la provincia de Castellón. Aquí pastan reses de origen murube fundamentalmente que actualmente conforman el 80 % de la vacada. Precisamente fue un toro de Alejandro Monfort, ganadería de procedencia murubeña, el primer semental que cubrió las vacas de la casa. Toda esa amalgama ha derivado en una vacada que ha apostado por dar pasos hacia delante para hacerse un hueco entre las mejores ganaderías autóctonas. «Siempre he tenido mucha afición y teniendo además los animales en casa, aposté por salir a la calle con el ganado de corro», afirma Juan Manuel Moliner, quien lleva las riendas de la ganadería con la ayuda de su hermana.

Además del ganado bravo, la finca, de alrededor de trescientas hanegadas de terreno, cuenta con unas instalaciones cuidadas y completas. De entre toda la infraestructura destaca una coqueta plaza de tientas, muy bien cuidada, amplia, cuyas dimensiones de su ruedo se acercan al de la plaza de toros de Castellón, detalle que da buena cuenta de cómo es el coso. Además, dos embarcaderos, corrales en las zonas de las vacas y los toros, dos salones dedicados a celebrar banquetes multitudinarios y un cebadero capaz de acoger ochenta toros cerriles. «Además de los animales de corro, vendemos toros cerriles», apunta el ganadero. «Se trata de intentar sacar el máximo rendimiento a la explotación. En la actualidad resulta complicado salir adelante solamente con el ganado de corro, así que ampliar el negocio ayuda para funcionar y subsistir». Aunque a día de hoy en la ganadería de La Espuela se apuesta por el ganado autóctono, la venta de toros cerriles para las calles es una vía más de negocio. «De momento seguimos trabajando más con los animales de corro que con los cerriles. Llevamos solamente cinco años y la cantidad de toros que vendemos no es muy elevada. Nuestra base son las capeas, el ganado de corro para la calle y después los cerriles. Sin estos tres pilares sería imposible tirar para adelante la ganadería».

Entre machos y hembras, La Espuela cuenta con trescientas cabezas de ganado, una cifra elevada que supone un esfuerzo extra para el ganadero. «Aunque el mercado estaría para quitar animales, sin querer siempre se aumenta. Es un número bastante alto, este año incluso podríamos llegar a las trescientas cincuenta cabezas cuando las vacas críen», confiesa. Contar con un número tan alto de animales no es sencillo de mantener económicamente hablando. Sin embargo, permite y da opciones a participar en numerosos festejos como ha sido el caso de La Espuela a lo largo de 2019. «Han sido sesenta actuaciones, en este sentido estamos felices. Además, los resultados han sido buenos, las novillas se han comportado francamente bien en localidades como Yàtova, Viver, Canet lo Roig... estas actuaciones nos hacen prever que podemos tener un corro de vacas interesante de cara al futuro», explica.

«Rumboso es el mejor toro que hemos tenido en casa. De él vienen casi todas las vacas», dice el ganadero

La más brava

De entre todas las hembras destaca por encima Barberita, actualmente la estrella de la casa. «Quizá no sea la más brava», se apresura a contestar Juan Manuel, y matiza: «Pero es con diferencia la más demandada. Es muy trastera, tiene bastante codicia y cuanto más tiempo permanece en el recinto, más se calienta. Va de menos a más y eso en un animal es un valor añadido». ¿Qué le pide a una vaca?, preguntamos. «La máxima bravura que pueda. Quiero que los animales tengan movilidad sobre todo, codicia y que aguanten el tiempo que estén en la calle. Eso, claro, haciéndolo durante muchas veces, porque no es lo mismo sacar un animal bravo una sola vez, un día, para que se desfonde y no embista nunca más, que hacerlo muchas veces durante un año». Conocidas las exigencias del ganadero sobre las virtudes que deben tener los animales, el principal defecto que no consiente es: «Que se pare, la vaca tiene que moverse siempre. Tiene que sacar fondo de bravura».

¿Y entre los machos? «Rumboso», responde sin dudar. «Es el mejor toro que hemos tenido en casa. De él vienen prácticamente todas las vacas. Fue el más destacado de la Comunitat Valenciana en 2007. Era muy completo, pegador, ágil y encima fue un semental excelente. Lo podías tener con las vacas y en las actuaciones seguía embistiendo, al contrario que le ocurre a otros toros, que en cuanto los echas a las vacas, pierden su brío. No sé si fue más importante como padre o en la calle. En ambas facetas fue muy bueno». De Rumboso procede otro gran astado, Fenómeno. «Fue excelente, se quedó sin los dos pitones de tanto pegar en las calles. En la actualidad está Piscinero, hijo de Rumboso, y Gitanillo, que es hijo de Fenómeno, que también es muy pegador. De Piscinero me encanta su agilidad en los obstáculos y su inteligencia, es un toro cazador, muy ágil». La trayectoria en los últimos años de la ganadería está siendo notable. Sin embargo, el ganadero, se muestra exigente. «Me parece corta, yo siempre intento mejorar aunque sabes que estás a expensas de los animales. Puede que de un año para otro haya un bajón, así que lo imprescindible es tener a los animales puestos y preparados», sentencia.

En la hoja de servicios de La Espuela destaca la victoria durante tres años consecutivos en la Semana Taurina de Puçol. «En Yàtova hemos ganado compitiendo con las mejores ganaderías del momento; en Onda quedamos terceros, en Alcanar quedamos primeros... la competencia es grande, hay muy buenos ganaderos y todos han mejorado mucho. Los premios que hemos logrado son reflejo de que las cosas se hacen bien», concluye.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios