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La Vall D'Uixó es una de las localidades que apuesta por este tipo de festejos. :: torodigital
Los encierros, un espectáculo al alza

Los encierros, un espectáculo al alza

La adrenalina, el riesgo y la tensión, un auténtico cóctel de emociones para los corredores

JOSÉ IGNACIO GALCERÀ

Viernes, 8 de mayo 2015, 00:17

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Valencia. Las diferentes modalidades de bou al carrer hacen de la tauromaquia popular un espectáculo rico y variado que va desde el toro embolado, al toro de cuerda pasando por los encierros, por citar sólo algunos. Precisamente, estos últimos son un festejo en constante crecimiento durante los últimos años. Muchas localidades de la Comunidad Valenciana apuestan por esta variante que actualmente supone el 4,8% del total de festejos de bous al carrer en las tres provincias. Según los datos que arroja la memoria estadística de 2014, los encierros aumentaron un 32,4% con respecto a la temporada pasada, consolidándose de este modo su incremento.

«Es un espectáculo que va a más, que ha aumentado mucho y de forma muy positiva tanto en la organización como en el patrocinio», señala Juan Luis Marín, miembro de la Peña Aficionats al Bou de Almassora. «Cada vez se está cuidando con más esmero la seguridad y la presentación de los toros porque es un acto que reúne a mucha gente», apunta. La proliferación de encierros ha provocado que muchos aficionados ya no tengan que cruzar las fronteras de la Comunitat para disfrutar de estos festejos. «El encierro no un espectáculo tan arraigado aquí como lo pueda ser el bou embolat, por ejemplo, pero sí que ha tenido mucha aceptación y es cierto que la gente lo busca. Antes, los aficionados se iban fuera a buscarlos pero ahora los tienen en casa», asegura Pascual Safont, Presidente de la Comisión Taurina de la Junta de Fiestas de Vila-Real, localidad que este mismo sábado celebrará un encierro de toros cerriles de la ganadería de La Quinta. «Ahora los valencianos tienen 14 o 15 oportunidades al año para correr encierros en su tierra», apunta Marín.

La adrenalina, el riesgo, la tensión.componen un auténtico cóctel de emociones para corredores y espectadores. «Tienen mucho tirón, Pamplona es la referencia y en la Comunitat hemos tratado de adaptar el espectáculo. La idea ha calado tanto que en Almassora es uno de los actos principales de las fiestas llegando a reunir a 6.000 u 8.000 personas una mañana cualquiera», explica Juan Luis Marín antes de incidir en la idea del atractivo que tienen los encierros para aficionados y no aficionados. «La gente atrae a la gente, ya sea en los toros o en cualquier otro espectáculo. En nuestro caso, el espectador, a cambio de ningún gasto, puede sentir esa adrenalina que en otra actividad le cuesta dinero. Y en cuanto a los corredores, es una sensación distinta que no se siente en otras situaciones. Es mucha intensidad en pocos segundos».

Por otro lado, Pascual Safont añade otro elemento más en el éxito de los encierros: «La novedad, es un festejo diferente y tiene ese aliciente para los aficionados, se genera mucha expectación a su alrededor porque no es algo habitual. El encierro también da lugar a que mucha gente vea los toros porque en el caso de Vila-Real recorren mucha parte de la localidad. Otro aspecto son los muchos corredores que hay en esta zona de Castellón, eso también influye».

El exceso de toros en el campo en las últimas temporadas ha dado pie a la compra de seis toros de una misma ganadería a un precio razonable para las peñas y comisiones. Un aspecto, el económico, que ha ejercido directamente en el auge de los encierros. «Lo más normal es que el ganadero pueda hacer un precio más asequible para seis toros que para uno. Es más económico comprar seis toros a un ganadero que seis toros de seis ganaderías diferentes. Los precios son muy variables porque un buen encierro puede oscilar alrededor de los 20.000 o 24.000 euros. Si luego quieres comprar un Mercedes, o sea, en una ganadería importante, el precio puede incrementarse», reconoce Juan Luis Marín. En este sentido, Pascual Safont afirma: «Nosotros hemos barajado el mismo presupuesto todos los años. Hace tres años, con el mismo precio encontrábamos toros con más condiciones que ahora, sin embargo este año nos ha costado un poco más. Nuestra filosofía es buscar un encierro equilibrado, si la ganadería es de renombre pero no tiene el trapío puedes no llegar a cumplir las exigencias de los aficionados pero tampoco puedes traer un toro con gran trapío de una ganadería desconocida», asevera.

Educar en el encierro

Juan Luis Marín lleva más de dos décadas corriendo encierros, un habitual de Pamplona y también de San Sebastián de los Reyes, dos de las catedrales de este espectáculo. ¿Hay muchas diferencias a la hora de correr? «Falta cierta concienciación», se apresura a contestar. «Aun así, de dos años a esta parte, ha cambiado mucho; cada vez hay más educación en el encierro pero no terminamos de concienciarnos en que el encierro es correr, correr y correr». Sobre algunas normas no escritas, Marín recuerda: «No se puede citar al toro desde los lados o pararse en mitad de la calle, algo que también ocurre en Pamplona. El encierro consiste en trasladar los toros de un punto a otro de la localidad y cuanto más rápido posible, mejor». Pascual Safont coincide en esa falta de cultura del encierro aunque reconoce que la tendencia va cambiando. «Estamos acostumbrados a citar al toro y no a correrlo pero cada vez hay más y mejores corredores y se hace con más pureza».

Desde la pionera Onda pasando por Almasorra, Vila-Real, Vall d'Uixó, l'Alcora, Museros o Puçol, son algunas de las poblaciones que han apostado y apuestan por el encierro en sus fiestas.»Es mucho trabajo para los dos o tres minutos que puede durar el encierro pero es muy gratificante porque supone un aliciente muy importante para los aficionados. Además, cuantos más encierros y más toros se hagan, más fácil tendremos la defensa del toro», concluye Pascual Safont.

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