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La frontera de la discordia entre Valencia y Castilla

La frontera de la discordia entre Valencia y Castilla

El enfrentamiento de Chelva con la entonces castellana Utiel, donde medió Felipe II, llega a su 450 aniversario

DANIEL MUÑOZ

Lunes, 10 de noviembre 2014, 11:29

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Claro está, a la luz de la actualidad internacional, que las fronteras no son estructuras inamovibles, sino más bien todo lo contrario. La historia nos demuestra lo maleables que pueden llegar a ser y cómo se adaptan, en función de los intereses y las relaciones de fuerza. Pero, a pesar de lo que pueda parecer, la función principal de una frontera casi nunca es la de separar, sino la de regular las relaciones (políticas, comerciales, aduaneras, militares.) entre dos territorios, sin que ello suponga impedir el contacto entre ambos.

Diferentes elementos arquitectónicos sirvieron para visualizar la separación entre dos territorios o entidades políticas. A todos nos vienen a la mente monumentos como la Gran Muralla china, el afortunadamente desaparecido Muro de Berlín o el Muro de Adriano, todos ellos, símbolo y metáfora de proyectos políticos de tipo imperialista. Sin embargo, la manera más habitual de definir una frontera era el amojonamiento, es decir, la construcción de hitos o mojones de piedra, a cierta distancia entre sí, que servían para deslindar dos territorios. Obviamente, se trataba de estructuras endebles, perecederas o fácilmente alterables. En consecuencia, la mayor parte de los lindes eran imprecisos y no siempre claros, lo que generaba múltiples conflictos jurisdiccionales.

El Reino de Valencia era (y es), por definición, un territorio fronterizo, tanto por mar como por tierra. Lo que hizo necesaria la defensa de sus dominios en ambos frentes. Obviamente, la frontera marítima era claramente definible e inalterable, marcada por la línea de la costa, aunque no fácilmente defendible, como lo evidencian la gran cantidad de torres defensivas (la mayor parte construidas a lo largo del siglo XVI) que se reparten a lo largo del litoral valenciano.

En cuanto a los límites terrestres, la definición no era tan clara. Sobre el papel, las fronteras valencianas quedaron fijadas a comienzos del siglo XIV, a través de la Sentencia Arbitral de Torrellas y la de Elche (1304 y 1305 respectivamente). No obstante, el enfrentamiento estaba servido ante la falta de regulación de algunos aspectos, como el aprovechamiento de los pastos, el paso de ganados, el tránsito comercial, la tributación fiscal.

Uno de los puntos (no fue el único) que más problemas generó fue el de los lindes entre dos territorios de frontera, el Vizcondado de Chelva y la entonces castellana villa de Utiel. Un conflicto que obligó a intervenir directamente al monarca Felipe II, allá por 1565, hito del que está a punto de cumplirse el 450 aniversario. El enfrentamiento secular entre ambas poblaciones tenía como objeto establecer el aprovechamiento de los pastos en la Sierra Negrete y sus inmediaciones, y a su vez definir los lindes entre las coronas de Aragón y Castilla. Sin entrar en por menores, este enfrentamiento, denominado vulgarmente como 'los sucesos de la Sierra Negrete' no se resolvió hasta que el monarca instó a los Consejos de Castilla y Aragón a que atajasen el problema a través de la vía judicial, evitando así los recurrentes enfrentamientos armados entre los vecinos de Chelva y Utiel.

Recorrió la Sierra Negrete

Cabe decir que lo que las armas y las concordias no habían podido resolver, lo resolvió la matemática. El valenciano Jerónimo Muñoz, matemático, cartógrafo y astrónomo, intervino directamente en la disputa, a instancias de las autoridades valencianas, que le encargaron una representación cartográfica de la zona en cuestión. Tras recorrer personalmente toda la Sierra Negrete en el mes de octubre de 1565 (con sus instrumentos de medición y, probablemente, con Juan Bautista Binimelis como ayudante), elaboró un mapa de la zona, inédito hasta hace poco tiempo. Gracias a la labor de Vicenç M. Roselló y Francesc Torres Faus podemos conocer este tesoro cartográfico valenciano. La gran novedad es que, en su confección, Jerónimo Muñoz aplicó los innovadores principios de la trigonometría, los cuales había conocido en sus estancias en diferentes universidades europeas y difundió a través de su cátedra en el Estudi General. Estamos, a juicio de los autores, ante uno de los mejores mapas realizados en España durante el siglo XVI.

El mapa de Muñoz y otras representaciones aportadas al pleito sirvieron para facilitar la cuestión a los jueces que trataban este litigio, quienes finalmente en 1568 sentenciaron en contra de los intereses valencianos, zanjando definitivamente la cuestión de la Sierra Negrete. No obstante, otros litigios quedaron abiertos hasta comienzos del siglo XVIII.

Los decretos borbónicos de Nueva Planta marcaron el fin de muchas cosas en Valencia, entre ellas su condición de frontera y aduana terrestre con Castilla, reduciéndola a una mera demarcación administrativa. A pesar de ello, esta medida no borró la frontera cultural existente entre ambas regiones. La división provincial de 1833 supuso un nuevo cambio (por ahora definitivo) a los límites del territorio valenciano, incorporando regiones netamente castellanas, como Villena o Sax, y perdiendo otras antaño valencianas, como Caudete. A ello, hemos de unir el Real Acuerdo de 1851, por el cual la Meseta de Requena pasaba de la provincia de Cuenca a la de Valencia, extendiendo el territorio valenciano hasta el límite del río Cabriel. Esta fue la última gran modificación de la frontera valenciana, la cual dejaba sin efecto la sentencia anteriormente referida.

En cualquier caso, a pesar de los avatares históricos y de los cambios políticos y administrativos, si algo definió la frontera valenciana con Castilla a lo largo de la historia fue la permeabilidad. A pesar de los conflictos y litigios, este elemento (inmaterial en su mayor parte) no sirvió para separar o aislar (tampoco lo pretendía), sino para conectar y normalizar las relaciones de la sociedad valenciana y su reino con el resto de España durante la Edad Media y Moderna.

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