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p Taller. Presidenta y compañeras de la comisión, en el taller. barberá masip LP
La primera comisión fallera femenina

La primera comisión fallera femenina

Historia. El ejercicio comenzó un martes con 13 componentes y la prensa lo interpretó de forma irónica como un símbolo de mal augurio

Sábado, 6 de marzo 2021, 01:21

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La portada de LAS PROVINCIAS de 17 de marzo de 1934 fue inequívoca y se presentó como un homenaje a la mujer valenciana a través de dos fotos de Barberá Masip: en una, la fallera mayor de aquel año, Amparo Albors, saludaba a los lectores con su mejor sonrisa; en la otra, aparecía reunida la comisión Nave-Bonaire, que por primera vez estaba compuesta sólo por mujeres. «Todas jóvenes y guapas» decía el pie de foto: «He aquí estas valencianísimas muchachas, presididas por la señorita Carmen Villaverde».

Con su seudónimo de Jordi de Fenollar, el director, Teodoro Llorente Falcó, insertó en esa página un reportaje histórico sobre una fiesta en constante crecimiento y evolución. Las fallas de 1934 eran nada menos que 120, el doble que el año anterior; con nuevos materiales y mucho arte, se había superado aquella falla improvisada con cuatro trastos; la ciudad era invadida por miles de forasteros. Pero lo más evidente del cambio de la fiesta estaba en las dos imágenes, donde la mujer cobraba un especial protagonismo, que no era pasivo precisamente.

Declarada la República en 1931, la mujer española ejerció su derecho al voto, por primera vez en las elecciones generales de noviembre de 1933. La nueva ley electoral que lo hizo posible fue muy polémica, dado que la izquierda temía que el voto femenino se escorase a la derecha. Pero España, por aquellos años, dio el gran paso; que no solo se habría de limitar a la política y al voto, sino al reconocimiento del papel femenino en la sociedad.

Cómo lo vio la prensa

Un par de meses después, en enero de 1934, se produjo en un barrio histórico de Valencia el hecho insólito que motiva el reportaje: los hombres que habían llevado la falla de Nave-Bonaire no se hicieron cargo de comenzar el ejercicio con «l'apuntà». Al quedar evidente el riesgo de que la barriada se quedara sin falla, prendió la idea de hacer falla en un grupo de amigas.

El periodista Enrique Bohorques contó así, en la revista «Mundo Gráfico», el nacimiento de la comisión: «Una mañanita de enero hablaron del asunto Carmen Villaverde y María Balaguer. Creo que fue la conversación en una carnicería. Allí cortaron y rajaron a su antojo. ¡Cómo pusieron a los del sexo contrario! Hicieron carne de verdad; y salió la idea de hacer la falla por una comisión femenina».

El reportaje que se puede leer en «Estampa» también va envuelto en el concepto de que la mujer, ubicada en sus tradicionales «tareas del hogar», estaba tomando un papel desusado y raro. De modo que las entrevistas que se le hicieron a la presidenta, fueron adobados de exageradas metáforas sobre su belleza y cubiertas de un difuminado retintín sobre lo que, socialmente, se consideraba una excentricidad.

La primera guasa fue que la comisión se constituyó un martes y que las componentes eran trece. !Malos augurios! Pero ellas fueron las primeras que difundieron el dato con evidente sentido del humor. Incluso en LAS PROVINCIAS encontraremos esa ironía, en el mismo ejemplar del día 17 de marzo, a través de una crónica que llevaba por título «De humor. Las comisiones de fallas del porvenir o el signo de los tiempos».

Va firmada por LUFESCASRER (Lucas Ferrer), redactor del periódico y administrador durante años de Casa Caridad. Se hizo cruces sobre cómo podrían llegar a ser las Fallas dentro de veinte años, en 1954, cuando se nombrara a un «Fallero Mayor».

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