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Un incendio por un petardo desata la alarma al amenazar la sede histórica de la Universitat

Las llamas calcinaron las banderas de La Nau y varios vigilantes permanecieron en el interior con los extintores preparados por si el fuego penetraba en el edificio, que tiene la máxima protección patrimonial

Joaquín Batista

Valencia

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Martes, 14 de marzo 2023, 12:52

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El incendio que afectó al ciprés que preside la entrada del edificio La Nau de Valencia, debido al impacto de un petardo, pudo provocar una tragedia de valor incalculable. Desde el punto de vista personal, pues había trabajadores y vigilantes de seguridad en el interior, y también del patrimonial, teniendo en cuenta que se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC).

El fuego se declaró alrededor de las nueve de la noche del lunes y calcinó las banderas institucionales del balcón de las dependencia rectorales, afectando también a uno de los mástiles. La rapidez de la combustión y el hecho de que el viento soplara ligeramente hacia la plaza del Patriarca y no hacia la fachada contribuyeron a que el incendio se quedara en un susto. Eso sí, mayúsculo, pues se vivieron minutos de tensión extrema.

La mejor noticia es que no hay daños a personas ni rastros de humo o desperfectos apreciables en la fábrica de piedra de la sede histórica de la Universitat de València. Tampoco resultaron afectados los ventanales del balcón, compuestos por madera de mobila, que es especialmente resistente. El BIC cuenta con elementos patrimoniales únicos en varias de sus dependencias, especialmente en la biblioteca, que se sitúa en el lado opuesto a la plaza.

Todo apunta a que el origen está en un petardo que provenía de un grupo de niños acompañados de varios adultos que a última hora se encontraban en la zona. Desde la Universitat hablan de que se trata de particulares, es decir que nada tienen que ver con la falla Plaza del Patriarca, fuentes vecinales consultadas por LAS PROVINCIAS sitúan en las inmediaciones a un grupo como el descrito poco antes de verse las llamas -incluso señalan que estaban tirando salidas voladoras- y desde la comisión confirman que no son integrantes ni conocidos, antes de destacar que los miembros de la falla siempre utilizan su zona de fuegos, situada en la parte opuesta a La Nau y alejada de los árboles. La entidad ha optado por presentar una denuncia ante la policía «para que se esclarezcan los hechos y se encuentre a los responsables».

Los falleros fueron de los primeros en dar la voz de alarma al escuchar gritos y detectar las llamas. «Aún no teníamos los extintores al no haber empezado la plantà, así que hubo algún miembro que se acercó a tirar cubos de agua. Pero allí no había nadie que se responsabilizara de lo ocurrido», explican fuentes de la comisión. «Cada uno es libre de tirar petardos donde considere aunque sea cuestionable hacerlo en la plaza, pero desde luego no lo hacemos en esta comisión. Nosotros siempre utilizamos nuestra zona de fuegos», insisten, antes de apuntar que los bomberos aparecieron en cuestión de cinco o diez minutos. Cuando se personó la policía optaron por presentar una denuncia para que se revisen las cámaras de seguridad de La Nau por si se puede identificar a los responsables.

Los vigilantes de seguridad del edificio también dieron el aviso a los servicios de emergencias tras detectar el fuego, que fue especialmente virulento. Y ante el riesgo de que el calor rompiera los cristales y las pavesas entraran en las dependencias, varios de los profesionales permanecieron en el despacho situado arriba de la entrada equipados con extintores con la idea de apagar cualquier conato mientras llegaban los bomberos.

Cabe recordar que a continuación de las dependencias rectorales se sitúa la sala de juntas, donde están colgados los retratos de diferentes rectores de la institución, una serie cuyas obras más antiguas se remontan al siglo XIX. La Nau también custodia en la biblioteca manuscritos incunables e impresos que llegan hasta el siglo XVI, por no hablar del valor histórico de su capilla, el paraninfo (siglos XVII-XVIII) o el claustro, entre otras dependencias.

Fuentes de la Universitat han señalado que una vez pasen las Fallas se planteará al Ayuntamiento la posibilidad de trasladar el resto de cipreses que se alinean a escasos metros de la fachada -también hay varios árboles más retrasados- para reducir riesgos y para evitar a su vez que distorsionen la imagen del conjunto arquitectónico.

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