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PACO MORENO
Sábado, 2 de marzo 2019, 00:31
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valencia. A las doce y media de la mañana se produjeron los primeros cortes de tráfico alrededor de la plaza del Ayuntamiento con motivo de la mascletà, en concreto en las calles Colón y Ruzafa. Nada bueno presagiaba esta decisión de la Policía Local una hora y media antes del disparo pirotécnico que estrenaba el programa de Fallas 2019.
La circulación se complicó por minutos y algunas zonas del Ensanche llegaron al colapso, incluso después del potente espectáculo ofrecido por Pirotecnia Peñarroja. A las tres menos diez de la tarde, el túnel de Germanías seguía calificado como atascado en la web del Consistorio.
La huelga de un sindicato del metro a la misma hora no ayudaba, justo todo lo contrario, mientras la Policía Local ponía en marcha los primeros controles de motos, otro clásico fallero. A tal punto llegó el atasco que los agentes tuvieron que ordenar a los conductores que se metieran por el carril bus segregado de la calle Ruzafa, como desveló la cadena COPE al difundir un vídeo.
Esta calle es uno de los puntos débiles del dispositivo de tráfico estas fiestas como se ha podido ver desde el primer día. La construcción de un carril bici que llega desde la avenida Reino de Valencia ha dejado sólo un carril para el resto del tráfico, sobre todo por la segregación del destinado al transporte público.
Todo eso sucedía alrededor del anillo formado por las calles Colón, Xàtiva, avenida del Oeste, María Cristina, Paz y la Glorieta. De puertas para adentro todo se convirtió en peatonal durante unas horas y habilitado sólo para los vehículos de emergencias. La Policía Local dispuso las vías de evacuación, reforzadas los últimos años con motivo del dispositivo antiterrorista, mientras los lateros dejaban de pasear por la plaza debido a la acumulación de un gentío que la llenó en minutos.
«Me ha asomado a la ventana y he visto que la plaza y las calles de alrededor estaban a tope», comentaba un optimista alcalde Ribó acerca de cómo pueden funcionar las Fallas este año. «Van a ser numerosas», auguró tras el disparo. El balcón del Ayuntamiento presentó algunos huecos dado que falta mucho para los días grandes. Estaba entre otra invitadas la candidata a la alcaldía por el PP, María José Català, recién llegada de la Ciudad Fallera, donde visitó algunos talleres.
El más contento de los presentes era sin duda Pepe Nebot, propietario de la empresa pirotécnica Peñarroja y que recordó que se trata de la vigésimo cuarta vez que disparan el día 1 de marzo. «El año que viene tendremos que hacer algo para celebrarlo», dijo sonriente.
Dedicó el espectáculo a todos los falleros, precisando que se trataba de «los que son falleros desde el 20 de marzo hasta el 19 de marzo del año siguiente». Calificó el proyecto presentado de «contundente» y tras mucho insistir confirmó que habían llegado a los 120 kilos de material reglamentario. De esta cifra, más de la mitad con holgura se concentró en la parte final, con un terremoto y bombardeo aéreo que gustó mucho al público, con un aplauso cerrado.
Hacía bastante calor en un día primaveral que rozaba lo veraniego. El personal de Cruz Roja atendió a siete personas (cinco lipotimias, una herida y una crisis de ansiedad), una cifra modesta en comparación con lo que llegará. Mañana, por ejemplo, se espera llegar a los 29 grados centígrados.
«Esto es un mundo de sensaciones: uno se sienta a disfrutar de un espectáculo y lo importante es que no se le haga pesado, que disfruten hasta que se acabe. Después dirán que un mascletà en la plaza dura 15 minutos; mentira, duran cinco o seis», comentó satisfecho el pirotécnico.
Todavía quedaban unos minutos de disfrute en la plaza del Ayuntamiento. De las más contentas, las falleras mayores de Valencia, Marina Civera y Sara Larrazábal, quienes junto a sus cortes de honor disfrutaron hasta de una pachanga que se colocó bajo el balcón para dedicarles su música.
Todas se lo pasaron de lo lindo con un disparo de menos a más, al que no se le podía «pedir más», según las palabras de Pepe Nebot, quien dijo que habían apostado por una mascletà «bien disparada hasta un final espectacular». En resumen, «lo que quiere Valencia».
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