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El sentimiento de pertenencia a un pueblo histórico como el valenciano, el conocimiento del propio Estatuto de Autonomía y as diferentes reivindicaciones el debate que quedan por hacer, centraron Irene Marsilla

«La reforma del Estatut debe responder a las demandas y las nuevas tendencias sociales»

LAS PROVINCIAS organiza un debate para analizar el presente y futuro tras 40 años de autogobierno

sandra paniagua

Sábado, 8 de octubre 2022

Pude parecer que cuarenta años en la historia de un pueblo no es mucho. Sin embargo, cuarenta años pueden marcar un antes y un después. Este 2022 se celebran cuatro décadas de la aprobación de la Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio, del Estatut d'Autonomia. O lo que es lo mismo: la Carta Magna valenciana que mostró el sentir de un pueblo.

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Tras cuatro décadas, la efeméride permite analizar con perspectiva la trayectoria del modelo de autogobierno que los valencianos se concedieron cuatro años después de aprobar la Constitución Española. «Los valencianos fuimos una de las primeras regiones en reivindicar nuestros derechos históricos. Sin embargo, fuimos la novena en aprobar el Estatuto. Tardamos cuatro años en ponernos de acuerdo y plasmar todo el sentir y las voluntades de los representantes de la sociedad valenciana», señalaron los diferentes expertos sentados en el debate organizado por LAS PROVINCIAS para celebrar los 40 años del Estatut d'Autonomia.

Álex Comes, consultor político y director de LaBase, agencia de comunicación política e institucional; Rafael Ripoll, exsecretario autonómico de Relaciones con la Unión Europea y Of Counsel de Andersen Abogado, además es director del Instituto de Estudios Europeos (IEE) de la UCV y profesor de Derecho de la UE; y Eugenia Francés, vicepresidenta de la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Tyrius, fueron los encargados de analizar el presente, pasado y futuro de nuestra Carta Magna.

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El sentir de un pueblo

Es momento de echar la vista atrás, analizar el texto que se aprobó, ver en qué se acertó y qué se puede mejorar para afrontar con más garantías los tiempos y retos a los que la sociedad actual debe enfrentarse. De hecho, la norma valenciana ya ha pasado por varias reformas y tres sentencias del Tribunal Constitucional que anulan su capacidad legislativa en materia civil. Durante este año se han realizado diferentes actos para poner en valor la norma que ha permitido ejercer desde la Generalitat competencias exclusivas en las materias más estrechamente vinculadas con el estado del bienestar. Ejemplo de ello son las políticas en medio ambiente, la vertebración del territorio, el turismo, el empleo, el comercio, la industria y las nuevas tecnologías.

«Llegamos a la aprobación del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana pensando más en los símbolos que en cuestiones estructurales. Ahora debemos ir más allá, debemos centrarnos en la unión como sociedad valenciana para reivindicar y luchar por lo que realmente nos pertenece como pueblo. Un ejemplo de ello es la infrafinanciación que sufrimos y que, de momento, nadie ha sido capaz de corregir», señaló Álex Comes durante el debate.

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«Lo aprobamos pensando más en los símbolos, ahora hay que ir más allá»

«La unión de los valencianos hará que se consigan las reivindicaciones»

Álex Comes

Consultor político y director de LaBase, agencia de comunicación política e institucional

En esa línea se pronunció Rafael Ripoll quien señaló que «supuso una reafirmación de la condición de valenciano, de nuestra historia, nuestro pasado histórico como reino, lengua propia, etcétera. Pero, como todo texto legal, requiere que con el paso del tiempo se modifique y actualice. Debe reflejar sensibilidades que en el momento de su aprobación no existían. Cabe destacar que el Estatuto ha generado cercanía entre los valencianos y sus administraciones, facilitando el día a día en las gestiones».

Por su parte, Eugenia Francés apuntó que el Estatuto como norma de «autogobierno reafirmó lo que somos como pueblo y nuestras necesidades. Ahora, como autonomía, toca ir un paso más allá y reclamar la financiación justa que nos merecemos para afrontar con garantías el futuro».

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Empoderamiento

Según comentó Eugenia Francés, los valencianos tenemos una mentalidad muy abierta y no excluimos el ser españoles o europeos. Esta idea fue secundada por sus dos compañeros de mesa y Ripoll señaló que «somos una ciudad abierta, una sociedad dentro del conjunto español y también tenemos clara nuestra condición de europeo. En la Comunitat, el ciudadano medio no tiene fragmentado si es valenciano, español o europeo. Esto forma parte de la idiosincrasia valenciana».

A lo dicho, Álex Comes añadió que consideraba que los valencianos «deberíamos ser más nacionalistas, entendiendo esto como el hecho de pertenencia, tener más arraigo a la tierra. Esto nos permitiría dejar de lado esas diferencias que hay de carácter simbólico y tendríamos más fuerza en el conjunto del estado español para reclamar los derechos que nos pertenece y, de este modo, marcar más la agenda nacional». A lo dicho, Comes también sumó el hecho de que la unión entre los valencianos es lo que va a hacer conseguir esas reivindicaciones como el Corredor Mediterráneo o la financiación justa. «Para ello, toda la clase política, sea del color que sea, debe hacer un frente común. Debería haber un pacto de estado para estas cuestiones».

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A esta idea, Rafael Ripoll añadió que «el valenciano plasma en los comicios lo que siente y su idiosincrasia. Si no hay partidos nacionalistas o regionalistas con mayor presencia en Cortes es porque la sociedad valenciana así se manifiesta» y explicó que «es totalmente compatible y legítimo que sean los partidos mayoritarios los que reivindiquen nuestros derechos. Entre ellos está la financiación justa para una región que aporta el 12% del PIB español». Ripoll también expresó que echaba en falta «una sociedad civil valenciana que se valore a sí misma como se merece, que valore su propia historia, ya que conocerla es lo que hace que podamos reivindicar los derechos que tenemos como un pueblo que, creo, no ha tenido parangón en España. Fuimos un Reino, hemos tenido un Siglo de Oro, autores en la literatura universal, hemos acuñado moneda, tenemos astilleros, eventos y ciudades monumentales, los dos únicos Papas que España ha aportado a la cristiandad, etcétera». En definitiva, Ripoll sentenció que «no nos hace falta la política, si no autocritica para poder colocarnos en el lugar del mapa que merecemos».

«La aprobación en 1982 supuso una reafirmación de nuestro pasado histórico»

«La reforma del Estatuto debe responder a las líneas europeas»

Rafael Ripoll

Exsecretario autonómico de Relaciones con la Unión Europea y Of Counsel de Andersen Abogados

«Ojalá fuéramos más nuestros, miráramos más por nuestro interés particular, pero los valencianos no somos así, somos generosos y tenemos un sentimiento no solo de pertenencia a nuestra tierra, sino a España y Europa», puntualizó Francés al hacer referencia a lo comentado por sus compañeros.

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A estos nuevos tiempos que corren, Ripoll introdujo en el debate la cuestión de que la tendencia europea es a un mercado común, con la misma carga tributaria, la misma moneda, etcétera. «El conjunto de España y sus autonomías debe ir en esta línea también. La reforma del estatuto debería beber de estos aires. Esto es así para favorecer por igual a todas las zonas y regiones en cuanto a la inversión o el crecimiento económico. Sin embargo, en estos últimos meses se está viendo que, en España, se ha desatado una 'guerra' sobre quien baja o sube los impuestos. Esto no es la forma de compensar ciertos agravios comparativos o la diferente distribución de la financiación autonómica. La Comunitat lleva 40 años infrafinanciada y eso nos ha perjudicado, somos más pobres y, en conjunto, estamos más endeudados que hace cuarenta años. La exigencia de la financiación justa debe ser un elemento consensuado y debería dar igual el color del gobierno autonómico o central».

Formación y evolución

El debate también giró en la necesidad de que las nuevas generaciones conozcan la historia, literatura y cultura valenciana. Así como el propio Estatuto de Autonomía. «Acabamos la formación básica, incluso las carreras universitarias, sin conocer la norma que nos guía», señaló Eugenia Francés, «y ese conocimiento es lo que fomenta la autoestima que debemos otorgarnos como pueblo», continuó diciendo.

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A lo dicho, Álex Comes apuntó la necesidad que de que haya ese quórum que hubo durante la Transición para lograr que el interés común de los valencianos siga prevaleciendo. «Lo que prevaleció entonces fue el interés común par aun futuro mejor de España. Ahora hay que demandar ese consenso para llegar a un acuerdo, llegar a reformular el Estatuto de Autonomía y adaptarlo a la realidad actual. Esta reforma puede poner solución a algunos problemas como es el caso del derecho civil valenciano».

«Toca ir un paso más allá, reclamar la financiación justa que merecemos»

«Necesitmos un pacto por la educación para facilitar el autoconocimiento»

Eugenia Francés

Vicepresidenta de la Asociación de Amas de Casa Y Consumidores Tyrius

El espíritu de consenso fue invocado por los tres ponentes, ya que tras cuarenta años ha llegado el momento de tomar la decisión de adaptar el Estatuto de Autonomía a la nueva realidad y necesidades.

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«Es momento de exigir que se gobierne con ese espíritu del consenso constitucional. Somos conscientes de los hándicaps de haber vivido tan solo medio siglo en paz, dentro de la historia del último siglo. Este consenso y la forma en la que se hicieron las cosas nos ha dado la consolidación de la democracia, que aunque es joven, lo está. Llega el momento de reformar las cosas y lograr que funcione mejor. Pero siempre desde la base de este espíritu…», señaló Ripoll. A lo dicho, tanto Comes como Francés apuntaron que es necesario ese bipartidismo entendido como la alternancia de poder. «En España nunca ha habido un bipartidismo puro, pero el hecho de que ahora haya que apoyarse en partidos extremos hace las cosas más complicadas».

Como conclusión, Eugenia Francés señaló que «se necesita ese consenso para reivindicar desde ya esa financiación justa y necesaria. Además, de tener un pacto por la educación que facilite ese autoconocimiento como pueblo y ese orgullo de pertenencia».

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