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Domingo, 2 de marzo 2025, 23:10
«Muchas gracias a todos por darme la oportunidad de cumplir uno de los sueños de mi vida. Os lo agradeceré toda la vida...». Son palabras de Isaac Monrós Arenas, un joven estudiante de contrabajo, natural de Catarroja, después de actuar en el Auditorio Nacional de Música de Madrid con la Orquesta de cuerda del Conservatorio de su localidad, junto a otros 26 afortunados compañeros, bajo la batuta del profesor Jesús Plaus Durá, el pasado sábado 22 de febrero.
Tras dos meses de trabajo en este proyecto y bajo el lema 'Portem Catarroja al cor', el alumnado ha tenido la oportunidad de actuar en uno de los "templos sagrados" de la música, cosechando un éxito sin precedentes en su corta carrera
«Jesús Plaus, al frente de estos estudiantes con edades comprendidas entre los once años hasta los 20 de Isaac Monrós, ha ejercido una labor encomiable desde que propuso la idea de formar esta agrupación, además de liderarla con gran acierto», indican desde la dirección del centro.
«Recuperar los instrumentos es muy importante, pero después de lo que han vivido, lo es mucho más recuperar la ilusión por la música», argumentó en el momento de plantear el proyecto, y tras dos ensayos, llevados a cabo en el taller de luthería Clar -en ese momento no había ningún espacio donde acogerlos-, presentó en sociedad, con gran éxito de acogida, a estos estudiantes de instrumentos de cuerda y de piano.
Interpretaron un Concierto Grosso de Corelli, con los violinistas Mireia Reinés Llopis i Andreu Monllor Moreno, y la chelista Sofía Ferrer García como solistas, con el que consiguieron poner en pie a los 2.338 asistentes, ya que se vendieron todas las localidades.
Acto seguido, se unieron a la Beethoven Simphony Orchestra bajo la magistral dirección del maestro Torrelledó, para interpretar junto a un coro de 340 voces el Réquiem de Mozart. Si los asistentes ya tenían los sentimientos a flor de piel, como bis interpretaron el Himno de la Comunitat, para poner un broche de oro a una jornada inolvidable.
«Muchas gracias por todo. Aunque no haya tocado esta vez, gracias por dejarme venir», decía Thaicia Alepuz Kharina, estudiante de piano, que al igual que Laura Varea Escamilla, viajaron a Madrid a pesar que en esta ocasión el repertorio no demandaba su participación, pero que merecían disfrutar de la experiencia, y portaban orgullosas la pancarta con el lema por todos los lugares emblemáticos de la capital, que visitaron una vez finalizado el concierto.
El jefe de estudios del Conservatorio, Juanfra Arrue Capella, que acompeañó a la expedición expresó su emoción y orgullo a su alumnado: «Me he emocionado muchísimo más hoy con vosotros que cuando he actuado yo en este mismo escenario. No tengo calificativos para expresar lo orgulloso que me siento en estos momentos».
Y finalizó alentándoles: «La calidad de un centro no se rige por el valor de sus infraestructuras (las nuestras dan auténtica pena), sino por el equipo humano que lo forma. Y en ese aspecto, puedo asegurar que somos el mejor centro, y el reconocimiento que estamos recibiendo allá donde vamos, así lo demuestra».
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