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La ausencia de Podemos despeja el camino de numerosos proyectos

P. M.

VALENCIA

Lunes, 27 de mayo 2019, 02:29

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A lo largo del mandato se había convertido en algo habitual la oposición de València en Comú a numerosos proyectos gestionados por el propio gobierno municipal, especialmente a los liderados por los socialistas. La ampliación de la V-21, la construcción de 1.345 viviendas en Benimaclet, el propio plan del Cabanyal, el nuevo barrio del Grao, la Zona de Actividades Logísticas o la regulación de los apartamentos turísticos son sólo ejemplos de estos encontronazos de los últimos cuatro años.

Ahora, durante este mandato todo eso parece más sencillo de resolver, al menos en apariencia. La postura del alcalde Ribó sobre algunos grandes proyectos ha sido más pragmática que la de Podemos. Es el caso de la Zona de Actividades Logísticas, el futuro polígono portuario que hizo desaparecer decenas de hectáreas de huerta en la pedanía de La Punta.

El planeamiento urbanístico aprobado por el Consistorio, de la mano de los socialistas y Compromís, no gustó nada a las entidades ecologistas próximas a Podemos, que han puesto en marcha un recurso judicial para tratar de frentar esto en los tribunales.

La ZAL y la promoción de 1.345 viviendas en Benimaclet, ejemplos de pugna estos años

En el plan del Cabanyal, sin ir más lejos, ha ocurrido algo parecido. La demolición de Bloque Portuarios, aprobada en el planeamiento en trámites, provocó uno de los enfrentamientos más agrios entre concejalías socias de gobierno. Mientras que la de Desarrollo Urbano (PSPV) presentó un proyecto para realojar a los vecinos y erribar las fincas, la de Vivienda (València en Comú), optaba por justo lo contrario, es decir, rehabilitar los inmuebles actuales.

Más reciente ha sido el plan presentado por Metrovacesa para construir 1.345 viviendas en el barrio de Benimaclet, junto a la ronda norte. La puesta en marcha de una estrategia y el consenso alcanzado con los vecinos se rompió con la creación de una plataforma vecinal claramente vinculada a Podemos, que aboga por la clasificación de los solares como campos, lo que ha sido desestimado por Desarrollo Urbano al entender que los propietarios tienen unos derechos que no se pueden vulnerar así.

Por último, el plan de usos de la Marina fue otro motivo de pugna este mandato, en este caso entre València en Comú y los otros dos partidos socios de gobierno. El alcalde Ribó defendió las edificaciones en altura al aprobarse los primeros trámites para el hotel que se construirá junto a la actual estación Marítima, al contrario de la formación hermana de Podemos.

Finalmente, la gestión de este grupo en el Cabanyal también queda en entredicho, al no conseguir en el mandato ninguna promoción muncipal de viviendas. La última junta aprobó el proyecto de las primeras, pero ya demasiado tarde.

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