Rivera carga contra el PP y ve en Alicante la «punta de lanza del cambio»
El líder de C's capta toda la atención en el acto central de campaña en la provincia, en el que se duplicó el aforo que se había previsto
Eva María Lahoz
Jueves, 21 de mayo 2015, 01:40
Casi como una estrella de rock fue recibido ayer en Alicante el flamante presidente de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, sin duda el político más emergente del momento. Aunque algunos de sus simpatizantes se fueron decepcionados por no haber podido siquiera verle en directo.
La sala del hotel Meliá en la que celebró el acto central del partido en la provincia se quedó pequeña, con sus 400 sillas, para acoger a los simpatizantes, y aproximadamente otros 300 tuvieron que seguir los mítines desde una sala cercana, a través de una pantalla. Entre estos últimos algunos se quedaron sin ver siquiera a Rivera, que se marchó sin encontrarse con todos. Eso sí, los que estaban en la sala principal se daban codazos por poder fotografiarse con el presidente.
El líder de C's sigue sin desvelar en sus intervenciones hacia qué partidos se dirigirá para intentar fraguar pactos de gobierno tras las elecciones del 24M, pero sí que fue más duro con el PP que en discursos anteriores, con la intención de distanciarse de su principal rival en los últimos días de campaña. Rivera mencionó expresamente varios casos de corrupción del PP, entre ellos el del extesorero Luis Bárcenas, y tildó al partido de «banda muy bien organizada».
Rivera aseguró que para que el mercado «funcione» no debe haber «corrupción», ni «maletines» ni «contadores de dinero», en referencia a las grabaciones del exgerente de la empresa pública Imelsa, Marcos Benavent, en las que supuestamente aparece el presidente del PP y de la Diputación de Valencia y alcalde de Xàtiva, Alfonso Rus. No obstante, dijo que en la provincia y la Comunitat, «lo peor ya ha pasado», en referencia a los gobiernos populares. «Alicante va a dejar de ser del PP para ser de los alicantinos», afirmó, taxativo. «Se acabaron los feudos», ahondó.
A su juicio, el cambio que promueve C's es «imparable», y «la única solución» para Alicante es «ganarle las elecciones al PP». Algo que ve factible, dado que, recordó, la provincia está entre el segundo y tercer puesto de toda España en cuanto al porcentaje de intención de voto hacia C's, con un 21%.
«Garantía de estabilidad»
Pese a que sacó la artillería contra los populares, Rivera no descartó los pactos, ni con ellos ni con ningún otro partido porque prefiere, dijo, «no hacer cábalas». Eso sí, se postuló como la garantía de «gobiernos estables» que, no obstante, «van a gobernar de otra manera gracias a C's». Y es que, a su juicio, tan «irresponsable» es no dejar gobernar como permitir que las cosas no cambien.
Antes que Rivera intervinieron en el acto el candidato a la Alcaldíade Alicante, José Luis Cifuentes, y la candidata a la Presidencia de la Generalitat, Carolina Punset.
El primero tuvo que pasar por el apuro de que la propia organización del evento no le identificase y quisiese hacerle entrar a la sala por la puerta del público, en vez de la reservada a los políticos. Además, entre los folletos que se repartían a la entrada no había ninguno con su imagen. Solo Punset y, sobre todo Rivera, el gran protagonista, cuya imagen copaba también toda la decoración del estrado desde el que dieron el mitin.
Normal, pues, que a la hora de intervenir hubiera entre el público quien se preguntase en voz alta quién era.
El candidato local se inspiró para su discurso nada menos que en el mítico Martin Luther King, aunque cambió el famoso 'I have a dream' (tengo un sueño) por «he tenido una pesadilla».
Pesadilla que hacía referencia a un Alicante invadido por la corrupción, con sus últimos dirigentes imputados y centenares de oportunidades perdidas. Para transformarlo en el sueño de una ciudad participativa, ética y que fomente «la riqueza para todos, no para los amigos del alma». La clave que dio, claro, es votar a C's. Punset, por su parte, intentó convencer a los asistentes de lo mismo apuntando dos razones. «Sentido común y regeneración democrática».
Así, señaló que hay que «acabar con un sistema de partidos cómplices que se han puesto de acuerdo en lo esencial, defender sus intereses partidistas» y consideró que «solo un agente externo que no tiene una colla kilométrica de gente a la que colocar puede hacerlo».
Respecto a la regeneración, apuntó que hay que «cambiar las reglas del juego, no los peones», con medidas como las listas abiertas, la prohibición de que un responsable político no pueda estar más de dos mandatos en el cargo o la exigencia, por ley, de responsabilidad patrimonial subsidiaria a los partidos con condenados por corrupción.