Los proveedores de Ford disparan sus alertas ante un ajuste inminente

Los hay optimistas, que confían en que los perjudicados sean otros, teniendo en cuenta que la firma invirtió más de 2.000 millones de euros entre 2011 y 2015 para hacer de la instalación valenciana una de las más modernas y flexibles; mientras que otros apuntan que esos cambios fueron para poder ensamblar vehículos grandes, como los monovolúmenes, cuyas ventas se han desplomado y que la firma ha anunciado que dejará de fabricar en centros como el de Saarlouis (Alemania).

Siguiendo en la cruz de la moneda, buena parte de los proveedores de la planta española también lo son de otras instalaciones de la compañía en Europa (contándose algunos en los que casi el 100% de la producción depende de la marca de óvalo en el continente). En su caso, la diversificación que les permitió no verse afectados por los males que recayeron en España durante la última crisis puede hacerles sufrir un mayor impacto ahora a través de su red exterior.

El adelanto de la reunión al 10 de enero no ha contribuido a sembrar el optimismo, sobre todo tras conocerse el repliegue de producción a EE UU anunciado a finales de noviembre, el cierre de la planta de cajas de cambio de Burdeos y el ajuste de 1.600 empleos en Alemania en diciembre.

Ayer por la tarde realizaron en Colonia un encuentro preparatorio los responsables sindicales que forman el comité europeo, entre ellos el español Carlos Faubel, pero es a las 8:00 de la mañana de hoy cuando se ven las caras con la dirección. No hay duda de que éste será el primer episodio de una serie de anuncios de recorte de producción, que se traducirá en reducción de plantillas y, como se dijo en la reunión del 9 de octubre, cierre de instalaciones.